En el centro de Wicked se encuentra la inesperada amistad entre dos chicas jóvenes, Glinda y Elphaba, y tanto en el musical del teatro como en la película, ésta se desarrolla o se deteriora en función de esa relación y de las interpretaciones de las dos actrices. Elegir a las artistas adecuadas para esos papeles fue fundamental para el éxito de la película. El director Jon M. Chu y sus compañeros de rodaje supieron casi al instante que habían tomado la decisión correcta al elegir a Ariana Grande y Cynthia Erivo.
Grande y Erivo habían audicionado por separado, así que la primera vez que estuvieron juntas fue en una cena en la casa de Chu a la que también asistieron el productor Marc Platt, el compositor Stephen Schwartz y la escritora Winnie Holzman. El vínculo entre las dos estrellas era palpable. “Stephen se sentó al piano y le dijo a Cynthia y a Ari: ‘¿Cantamos ‘For Good’?”, cuenta Chu. “Cynthia y Ari no la habían ensayado; nunca la habían cantado juntas. La cantaron, y mi hija de cuatro años se quedó boquiabierta. Nadie había visto nunca a dos potencias como ellas; ha sido hermoso ver lo bien conectadas que están”.
Platt dice que desde el primer día en el que estuvo en un lugar con Erivo y Grande, entre las dos había una fiesta de amor. “Son tan opuestas… y tan amadas a la vez”, señala Platt. “Se quieren, y sientes esa química cuando estás en el mismo lugar que ellas, antes de encender la cámara. Eso es esencial para transmitir el viaje que emprenden estas dos mujeres. Elphaba y Glinda están divididas por su mundo. Primero tienen que encontrar su camino la una hacia la otra; en última instancia, tienen que sacrificarse la una por la otra”.
Las actrices, de hecho, se entregaron de manera desinteresada para honrarse una a la otra. “Nos hicimos nuestros primeros tatuajes juntas”, cuenta Grande. “Yo me hice una ‘E’ de Elphaba en un corazón en la parte de atrás de mi pierna, y ella se hizo una pequeña ‘G’ de Glinda en la parte de atrás de la suya”. Erivo dice que su vínculo está anclado por un sentido de exploración feliz. “Espero que no perdamos nuestro amor por el juego”, dice Erivo. “Eso es algo que disfruté mucho —esa necesidad de seguir queriendo aprender y descubrir. Ariana y yo utilizamos eso para hacer que estos seres fueran lo más humanos y plenos posibles. Cuando trabajábamos juntas, ocurría algo especial”.
Estos dos roles, comenta Grande, seguramente permanecerán con ellas tanto tiempo como los tatuajes. “Lo hermoso de Glinda y Elphaba es que todos pueden ver partes de sí mismos en ellas”, dice Grande. “Ellas representan tanta complejidad, humanidad, matices maravillosos, amor, límites —todas las complejidades de amar, discrepar, encontrarse a uno mismo, hacer lo correcto, todo ello enraizado en el amor. La historia de Wicked es un testimonio de la profundidad de la experiencia humana, de las complejidades de ser incomprendidos, de tener tanto el bien como el mal dentro de nosotros y de aceptar nuestras diferencias”.
