El Gobierno de Ecuador decretó ayer la «emergencia nacional» durante sesenta días ante la magnitud de los incendios forestales, el déficit hídrico y la sequía en la que se encuentra sumido el país latinoamericano.
La ministra de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Inés Manzano, confirmó la medida con el objetivo de hacer frente a los 17 incendios que permanecen activos y otros cinco que, por el momento, están controlados. Las llamas afectan a las provincias sureñas de Azuay y Loja.
En las labores de extinción, centradas en el Parque Nacional Cajas (Azuay) y en el Parque Nacional Podocarpus (Loja), participan efectivos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, según informó la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR).
Los gobiernos de Perú y de Italia contribuyeron con helicópteros para tratar de combatir los focos que están activos, que en el caso de Azuay afectaron a 1.705,69 hectáreas en total desde el pasado 1 de noviembre, mientras que en Loja se consumieron más de 8.500 hectáreas en hasta 10 cantones.
A los incendios forestales se suman los cortes en el suministro eléctrico para paliar el actual déficit de energía, derivado de la sequía que afecta a las principales centrales hidroeléctricas y al descenso del suministro procedente de la vecina Colombia.
La ministra Manzano anunció en la víspera que se producirán cortes de ocho horas hasta el próximo jueves a nivel nacional, por lo que las autoridades rebajaron en hasta cuatro horas las restricciones, que hasta ahora estaban fijadas en doce.
Esto se produce después de que el Ministerio de Exteriores de Colombia informara en un comunicado de que suministrará electricidad al país vecino para paliar la crisis, una medida que «refleja el trabajo en equipo de ambos países y la reciprocidad entre los pueblos hermanos latinoamericanos».
El Gobierno ecuatoriano justificó los cortes aludiendo a una sequía sin precedentes en el último medio siglo, que llevó a algunas centrales a acumular niveles de agua que apenas superan ya el mínimo para poder seguir funcionando.
Noboa reconoció a finales de septiembre que la crisis energética sumió a la nación sudamericana en un «caos» y aseguró que el Gobierno no preveía que en este 2024 se tuviera que hacer frente a la peor temporada de sequía de los últimos 60 años.(EP)