miércoles, noviembre 20, 2024
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Salud

Fibromialgia: cómo afecta la calidad del sueño

Por Juanjo Villalba

Si bien el dolor agudo es una respuesta normal que nos permite saber que existe un daño en nuestro organismo y desaparece cuando se soluciona la causa que lo ha originado, cuando este dolor persiste en el tiempo, hablamos de dolor crónico.

Dentro del dolor crónico, la fibromialgia es una de las enfermedades más frecuentes. Es una enfermedad compleja en la que los pacientes presentan dolor crónico generalizado acompañado de fatiga, alteraciones del sueño, dificultades de concentración, pérdida de memoria, ansiedad y depresión. Todos estos síntomas repercuten significativamente en la calidad de vida.

“No sabemos con exactitud sus causas”, afirma María Ángeles Idiazábal, neurofisióloga clínica, “pero sabemos que está relacionada con la sensibilización central, la inflamación, factores inmunológicos, endocrinos, genéticos y psicosociales”.

El mecanismo clave del dolor crónico en la fibromialgia es la sensibilización del sistema nervioso central y la alteración del control de las vías del dolor. “Existe una alteración en la forma en la que el sistema nervioso transmite y procesa el dolor”, apunta la especialista. “Al presente,  no existe cura de la fibromialgia. El tratamiento va dirigido a tratar los síntomas y debe ser multidisciplinar e individualizado para cada paciente. El tratamiento farmacológico del dolor en pacientes con fibromialgia es complejo, en muchos casos no resulta efectivo o presenta efectos secundarios que hace que los pacientes abandonen el tratamiento”.

Además de presentar dolor, el 90% de los pacientes con fibromialgia presentan trastornos del sueño, según Idiazábal. “Sabemos que existe una relación directa y recíproca entre los trastornos del sueño y los síntomas de esta enfermedad”, explica. “Los trastornos del sueño incrementan el dolor, la fatiga, la depresión y los síntomas cognitivos y el dolor, además del estado emocional del paciente, lo que contribuye a deteriorar la calidad de sueño”.

Por tanto, evaluar y tratar los problemas de sueño de los pacientes con fibromialgia es imprescindible para mejorar su calidad de vida.

“Asimismo, sabemos que existe una alteración en los sistemas de transmisión, modulación y procesamiento del dolor en los pacientes con fibromialgia y que la respuesta a los tratamientos farmacológicos no es eficaz en gran parte de los mismos, por lo que tratamientos que modulan la actividad cerebral, como es la Estimulación Cerebral No Invasiva se convierten en una prometedora opción terapeútica”.

¿Cómo se diagnostica la fibromialgia?

“No hay ninguna prueba que confirme el diagnóstico de fibromialgia”, sostiene Idiazábal. “El diagnóstico se basa en los síntomas que presentan los pacientes y una vez que hemos descartado otras enfermedades que puedan tener los mismo síntomas. Esto hace que los pacientes pasen años desde que aparecen los síntomas hasta que llegan a un diagnóstico”.

Como no es una enfermedad visible, los afectados se enfrentan con frecuencia a la incomprensión de su enfermedad por parte del entorno e incluso de los profesionales. “El dolor constante, la fatiga y la falta de sueño, combinados con la falta de comprensión social, pueden hacer que el manejo de la enfermedad sea un desafío a largo plazo. Sin embargo, con el tratamiento adecuado y un sistema de apoyo sólido, muchos de los pacientes logran manejar sus síntomas y mejorar su bienestar”.

“Gracias a los avances en neurofisiología se han desarrollado nuevos abordajes no farmacológicos para el tratamiento de la fibromialgia, como la Estimulación Cerebral no Invasiva (ECNI), que incluye la estimulación magnética transcraneal repetitiva (TMSr) y la estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS)”, explica la doctora. “Ambas técnicas tienen como objetivo modular de forma segura e indolora la actividad cerebral produciendo cambios en la plasticidad neuronal que perduran en el tiempo y nos permiten modular funcionalmente circuitos neuronales relacionados con los síntomas de la enfermedad”.

Consejos prácticos para gestionar el dolor crónico

“El sueño juega un papel fundamental en la gestión del dolor crónico ya que, como hemos comentado, la falta de un descanso adecuado puede amplificar la percepción del dolor y empeorar otros síntomas como la fatiga y el estado anímico”, asegura Idiazábal. “Para mejorar la calidad del sueño y ayudar en el manejo del dolor, es esencial seguir una serie de hábitos y estrategias que promuevan un sueño reparador, como mantener una rutina de sueño regular, generar un ambiente propicio de sueño, establecer rutinas relajantes antes de dormir, limitar el uso de pantallas antes de acostarse y hacer ejercicio regular”.

“También es muy importante proporcionar a los pacientes herramientas y estrategias para gestionar el dolor”, continúa. “La terapia cognitivo-conductual es clave en el manejo de los pacientes con dolor crónico, ya que puede reducir su severidad al cambiar la forma en que el paciente lo interpreta y lo afronta, mejorando su capacidad para realizar sus actividades diarias y el estado de ánimo”, concluye.

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