Las campañas electorales para elegir presidente de la nación norteamericana, alcanzan regularmente características de intensa lucha por el poder, entre partidos políticos, en especial los tradicionales Republicano y Demócrata. Los sistemas de publicidad hacen derroche de informaciones y críticas para derrotar a sus rivales, utilizando inclusive argumentos personales íntimos de los candidatos, de tal forma que puedan obtener la mayoría de votos para llegar a la Casa Blanca.
Se puede afirmar que esas tácticas electorales, se producen en medio de absoluta libertad, pero ni las opciones más enérgicas hacen que esa manifestación política sufra el menor atraso o dificultad. No obstante, precisamente esa libertad hace que las elecciones tengan resultado exitoso. Apreciación que corresponde a la elección presidencial ocurrida el pasado martes 5 de noviembre, ganando la fórmula de Donald Trump, que obtuvo la mayoría de votos y puede asumir la conducción de una de las naciones más poderosas del planeta.
Al respecto, es posible observar que esa libertad para elegir primer mandatario es, precisamente, la que garantiza la seguridad de que el candidato triunfante gane las elecciones por méritos políticos y que pueda desarrollar sin mayores obstáculos su gestión presidencial.
Con relación a la elección pasada en Estados Unidos, lo que sobresale es la diferencia entre los programas políticos y la capacidad de la población para definir cuál candidato es el que mejor refleja la conciencia del pueblo norteamericano y cuál tiene planes para que se desarrolle aún más la Nación del Norte.
Un aspecto que destaca de esa lucha de fondo ideológico, es que, en la reciente elección, los electores se inclinaron por un programa de esencia nacional y democrática, que es expresión del sentido histórico americano. En efecto, resultó victorioso el Partido Republicano, que anunció que tenía un programa de contenido nacional, mientras los rivales adoptaron un programa de orientación foránea, lo cual definió el evento y dio el triunfo a la corriente nacionalista y democrática.
Efectivamente, entre otros ofrecimientos, los republicanos de Trump ofrecieron los siguientes puntos: Primero América. Parar toda guerra. Seguridad alimentaria. Reducción de impuestos. Parar la inmigración Proteger a las mujeres. Petróleo y energía nuclear. Verdadero cuidado de la naturaleza. Libertad de prensa. Respeto a la Constitución. Respeto a la religión y otros.
Finalmente, el impacto del triunfo republicano tuvo repercusiones importantes, como manifestaron el ruso Vladimir Putin, el argentino Javier Milei, el francés Emmanuel Macron, el gobernante alemán, estadistas de países latinoamericanos y otros. El Gobierno boliviano se pronunció de manera parca sobre el mencionado acontecimiento.
Trump, los partidos y libertades en EEUU
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