Cuando uno está atrapado en un pozo, la primera prioridad es dejar de cavar. El Estado se ha convertido en un botín que se reparten entre políticos, familiares y amigos. Los partidos, ideologías y cargos solo son disfraces temporales para mantenerse dentro de las estructuras de poder. Los casos son innumerables; basta con mencionar a Nadia Cruz, ex Defensora del Pueblo, quien recientemente renunció a sus funciones como viceministra de Igualdad de Oportunidades, y a Sandra Gutiérrez, exministra de Justicia, hoy Fiscal Departamental de Tarija.
¿Preferimos una mentira confortable o una verdad incómoda? Las organizaciones sociales, el modelo económico y las viejas ideas políticas son los tres principales obstáculos que nos mantienen atrapados en el pozo. Aunque las soluciones no sean sencillas, puedo ofrecer respuestas honestas:
1) Organizaciones sociales. El Pacto de Unidad (organizaciones indígenas, originario campesinas), la Central Obrera Boliviana, los comités y las plataformas ciudadanas no son instituciones cívicas, sino instituciones políticas, oportunistas y chantajistas que se han convertido en el principal instrumento de campaña política permanente de los últimos gobiernos. No representan al “pueblo”, sino a cúpulas sindicales que velan por sus propios intereses. Son parte de la nueva oligarquía económica y élite política del país, negociando su lealtad a cambio de prebendas económicas y cargos políticos.
Con el fin de evitar estas distorsiones, es necesario prohibir normativamente: la utilización de recursos públicos para su mantenimiento institucional, la designación como servidores públicos durante el mandato dirigencial, y las reelecciones continuas o discontinuas, fijando un periodo máximo de dos años.
2) Modelo económico. No se puede gastar más de lo que se tiene, los gastos del Estado no pueden ser superiores al ingreso. El modelo no funciona porque ha dejado al país en una condición de insolvencia. Según datos del Ministerio de Hidrocarburos y Energías, desde 2006 hasta 2022, Bolivia recibió alrededor de $us 50.000 millones por concepto de renta petrolera, con los que se pudo haber industrializado al país; sin embargo, han sido casi dos décadas de despilfarro.
Litio, gas, minerales tradicionales y tierras raras son los recursos naturales que el presidente Arce ofreció durante su participación en la XVI Cumbre del BRICS. Esto muestra que el modelo es extractivista por naturaleza. La industrialización no es la meta principal, ya que los beneficios económicos se logran a largo plazo. Para sostener el modelo vigente, se necesitan ingresos inmediatos para satisfacer el clientelismo electoral.
El pragmatismo debe ser la base del nuevo modelo económico, evitando cerrar el enfoque a teorías económicas o políticas específicas, centrándose en las prácticas exitosas de otros países, y adaptándose al contexto global y a las necesidades específicas de los ciudadanos.
3) Viejas ideas políticas. ¿Quiénes dirigen el Estado? Estructuras de poder políticas y económicas fuertemente arraigadas en el país. Los cambios superficiales no sirven, cambiar a una persona de la silla presidencial por otra es simplemente cambiar una élite de poder por otra, que, en muchos casos, puede resultar ser aún más mediocre, caudillista y refundacional que la saliente.
No se puede cruzar el mar simplemente parándose y mirando el agua. Nuestra historia está repleta de fraudes electorales, (auto) golpes de Estado, (auto) atentados y demás eventos catastróficos que demuestran que los políticos –viejos y actuales– están dispuestos a incendiar el país con tal de tomar las instituciones del Estado.
Romper el statu quo vigente implica ir en contra de la marea, dado que es esencial limitar el poder de los gobernantes y el sobredimensionamiento del Estado. Aquellos que provocaron estos problemas no pueden ser parte de la solución, y un Estado fuerte y eficaz no significa un Estado grande.
Yo, presidente es un proyecto inclusivo y participativo que tiene como objetivo trazar una nueva hoja de ruta para el país, invitando a todos a contribuir con ideas fundamentadas en la libertad individual, política y económica. Pretende ser un espacio destinado al debate y la generación de nuevas propuestas de políticas públicas, para defenderlas y promoverlas con miras a las próximas elecciones nacionales. El problema de Bolivia es sistémico, se necesita una solución estructural. Cuanto más demoremos en tomar las decisiones correctas, más arduo será salir del pozo.
El autor es abogado.