Hace poco celebró los 214 años de su gesta libertaria la ciudad de Potosí, la más poblada del mundo en la época colonial. Su población se calculaba en 160.000 habitantes. Entonces, Potosí tenía una población superior a la de ciudades como Londres, París o Madrid. Potosí adquirió fama mundial por el descubrimiento de su Cerro Rico, con grandes vetas de plata, que financiaron las guerras de España, la armada contra Inglaterra, así como apoyo logístico al Río de la Plata y Perú.
La ciudad de Potosí fue fundada el 1 de abril de 1545 por Juan de Villarroel, Diego de Centeno, Luis de Santandía y Pedro de Catanieto. Y en 1987 la Unesco reconoció a la Villa Imperial de Potosí y al Cerro Rico como Patrimonio Cultural de la Humanidad (PCH), abriendo la posibilidad de conservar el legado barroco mestizo y las dinámicas socioterritoriales que fusionan ritos católicos con ritos originarios. Es importante preservar el conjunto patrimonial, considerando que en 2014 la UNESCO pasó este PCH a la lista de aquellos que están en peligro de perder su título.
Como dice la BBC Mundo, en una nota publicada en enero de este año, si bien las minas de Cerro Rico producían la materia prima que enriqueció a España, fue la Casa de la Moneda de Potosí, la que fabricó los Reales de a Ocho que sentaron las bases de una moneda global. De hecho, casi no hubo lugar del mundo al que no llegaran esas omnipresentes monedas.
«Muy rápidamente se acuñaron cientos de millones, tal vez incluso miles de millones, de estas monedas y se convirtieron en el sistema monetario global», le dijo a la BBC el historiador financiero William Bernstein.
Otra nota de la BBC, recuerda que, pese a que la riqueza que enriqueció a España ya se agotó, la región sigue teniendo a la minería como la generadora de sus ingresos. En 2014, cuando la mayor generadora de recursos del país era el petróleo, la minería fue la segunda actividad productiva boliviana, y Potosí fue la gran estrella, generando ese año el 59% de las regalías por explotación minera.
Pese a esta realidad, Potosí es considerado el departamento más pobre del país. La mitad de sus casi 800.000 habitantes viven en la pobreza extrema, según la estatal Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (Udape). Esta es la gran paradoja que debe superar el país. El departamento más rico que tuvo Bolivia tiene los habitantes más pobres.
Gary Rodríguez, gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, señaló que uno de los motivos de esta paradoja es que «la explotación minera no tuvo un efecto multiplicador en la región». Esto se debe en parte a que la minería es una actividad muy concentrada, que utiliza mucha maquinaria y demanda poca mano de obra.
Con datos del INE de hace un par de años se puede afirmas que la pobreza moderada en Potosí llega al 57,8% y la pobreza extrema a 22,4%, mucho mayores que el promedio nacional.
Para Sebastián Careaga, presidente de la Federación de Empresarios Privados de Potosí (FEPP), esta región es la que más aporta al Tesoro General de la Nación y también el departamento que más exporta a nivel nacional por la minería. No olvidemos la riqueza del litio, con 23 millones de toneladas cuantificadas, nuestro país se consolida como el mayor reservorio del mundo de este recurso estratégico.
Como empresarios debemos insistir en que no solo Potosí, sino el país entero puede tener mejores días, si se dejara de manejar el bloqueo como medida de protesta, por cualquier motivo, y se atendieran requerimientos mínimos, para elevar su producción agrícola.
Precisamente por los más recientes bloqueos de caminos registrados en el país, Careaga lamentó que “en Potosí ya se siente el tema de la recesión que vive el país”, porque el sector minero, principal actividad del departamento, no logra explorar, explotar y procesar los minerales para cumplir con sus compromisos de exportación.
Como vemos los empresarios, esta región del país tiene otras aptitudes económicas, fuera de la minería.
Ahí está la agricultura. Es cierto que los niveles de producción media por productor y rendimientos son bajos, debido a factores como el clima, la mala infraestructura caminera, el minifundio, la deficiente infraestructura para el riego y la falta de asistencia técnica. Una visión optimista nos permite afirmar que esta situación puede revertirse con una adecuada y oportuna asistencia de los tres niveles del gobierno.
También está el turismo, con muy buenas posibilidades de convertir a Potosí en destino preferido del turista, con solo promocionar a escala internacional el Salar de Uyuni, las huellas de dinosaurios en Toro Toro y otros sitios paradisiacos.
Con voluntad política de las autoridades, Potosí puede tener mejores días y dar un mayor aporte a la economía nacional.
El autor es Licenciado en economía de la UMSA, doctorado Ph.D. en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador de Argentina, Académico de Número de la ABCE y Presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).