Con el aumento de las temperaturas es fundamental prestar atención a lo que consumimos, ya que nuestra dieta puede influir significativamente en cómo el cuerpo enfrenta esta temporada. Además de beber abundante agua, debemos elegir alimentos que favorezcan la regulación de la temperatura corporal, evitando aquellos que, por el contrario, generan mayor calor interno.
Y es que, debido al cambio climático, las olas de calor son cada vez más intensas y frecuentes. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un reporte publicado en mayo de este año, alerta que los golpes de calor (exceso de temperatura que el cuerpo no puede regular) son la primera causa de muerte relacionada con el clima y pueden agravar enfermedades como la diabetes, el asma, las enfermedades cardiovasculares, entre otras.
Es por ello que PIL Andina, industria líder de alimentos en el país, brinda los siguientes consejos para tener un verano saludable y fresco.
No exageres con los alimentos pesados
Frituras, embutidos y carbohidratos refinados aumentan la temperatura interna del cuerpo. Esto se debe a que requieren un tiempo más prolongado para ser digeridos, lo que genera un mayor gasto de energía metabólica y, en consecuencia, eleva el calor corporal.
Además, es recomendable no exagerar con el uso del picante y los condimentos en la preparación de alimentos, ya que activan el sistema nervioso, incrementando la sudoración y la sensación de calor.
De igual manera, se debe evitar el consumo de alimentos con mucha sal. Esto debido a que puede causar retención de líquidos, dificultando la regulación de la temperatura corporal.
Prioriza el consumo de agua
Permanecer hidratados es clave para combatir el calor y para ello es importante priorizar el consumo de agua. Según la OMS, la cantidad recomendada varía según la edad, el sexo, el peso y el estado de salud de cada persona. No obstante, de manera general, este organismo sugiere un consumo diario de entre 1,5 y 2 litros de agua.
En cuanto a bebidas frías con alto contenido de azúcar o grado alcohólico, se recomienda no abusar del consumo de las mismas, ya que si bien generan una sensación de frescura en un principio, en realidad, contribuyen a la deshidratación y elevan la temperatura corporal, lo que puede afectar negativamente el bienestar general.
¿Qué consumir?
En temporadas de alta temperatura se debe priorizar el consumo de frutas y hortalizas que además de generar una sensación refrescante por su alta composición de agua, son fuentes abundantes de vitaminas, minerales y fibra.
De acuerdo con la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA), entre las frutas con mayor porcentaje de agua están:
– Sandía: 94.6% de agua
– Melón: 92.4%
– Frutilla: 89.6%
– Lima: 89.1%
– Naranja: 88.6%
– Arándano: 87.8%
– Piña 86.8%
. Pomelo 86.1%
Mientras que, en hortalizas y verduras, los que tienen mayor composición de agua son:
-Pepino (que en un sentido técnico es en realidad una fruta): 95.7%
– Lechuga: 95.2%
– Rábano: 94.8%
– Apio 94.4%
– Acelga: 94.4%
– Tomate: 93.9%
– Espárragos: 92.8%
– Berenjena: 92.2%
Si consumes con regularidad estas frutas y hortalizas tendrás una dieta más ligera, hidratante y rica en nutrientes esenciales que ayudarán a tu cuerpo a mantenerse fresco y saludable durante los días calurosos.
El rol de los lácteos
Los lácteos también desempeñan un papel importante en la regulación de la temperatura corporal y el bienestar general durante el verano. Gracias a su alto contenido de agua y nutrientes esenciales, como calcio, proteínas y vitaminas. Productos como la leche y el yogur, cuya composición de agua puede llegar hasta un 90%, son excelentes aliados para protegernos del calor.
Además, el yogur que viene con probióticos como Biogurt de PIL Andina, favorecen la salud intestinal y ayudan al cuerpo a procesar los alimentos de manera más eficiente.
Incluir lácteos en preparaciones ligeras como batidos con frutas, ensaladas o postres fríos contribuyen a una dieta balanceada y proporciona una sensación de frescura en los días más calurosos.