El presidente Joe Biden calificó de «indignante y horrible» el reciente ataque masivo de Rusia contra la infraestructura energética en Ucrania, perpetrado con alrededor de 200 misiles y drones.
Biden reafirmó el compromiso de Estados Unidos de apoyar a Ucrania, destacando el envío de misiles, artillería y vehículos blindados para reforzar su defensa. Además, subrayó la resiliencia del pueblo ucraniano frente a la agresión rusa y el respaldo de más de 50 países en esta lucha.
Volodimir Zelenski denunció el uso de municiones de racimo en los bombardeos, complicando las labores de emergencia, mientras Vladimir Putin especuló con nuevos ataques en Kiev utilizando misiles avanzados. Amnistía Internacional condenó los ataques rusos contra infraestructura civil, advirtiendo que constituyen crímenes de guerra que agravan las condiciones de vida en Ucrania.