Si bien lo primero que se tiene que hacer, cuando llegan los recurrentes incendios forestales, es concentrarse en extinguirlos, el tema no debe quedar en el olvido, como ha estado sucediendo en los últimos años. Esto ha causado que la terrible destrucción ambiental, forme parte del calendario nacional como la Navidad o el Año Nuevo y se vaya normalizando en el imaginario colectivo. No lo debemos aceptar, de ninguna manera.
Una vez controlada la emergencia, se debe tomar una serie de medidas para que esto no vuelva a repetirse. Aunque muchas cosas pueden ser hechas, recomiendo las siguientes:
1) El castigo a los culpables, materiales e intelectuales. – Si bien la normativa vigente, respecto al castigo que se tiene que dar a las personas que causan incendios forestales, es bastante laxa e incluso cómplice, y la justicia que la aplica está totalmente desacreditada, aunque sea de manera nominal hay que denunciar a los pirómanos, por lo menos para que conste en acta.
Lo absolutamente imprescindible es; cuando vuelva la justicia a Bolivia, juzgar a las autoridades del INRA, de la ABT y el Sernap, ellos fueron los operadores del neocolonialismo incendiario en Santa Cruz, con el silencio cómplice de la Fiscalía y de las alcaldías “masistas”. Nunca nos olvidaremos de ellos, ya les llegará la hora, como también les llegará a los parlamentarios y autoridades del ejecutivo que aprobaron normas incendiarias. Los irresponsables “desarrolladores inmobiliarios rurales”; propios o extraños, que traficaron con la tierra, aprovechando la falta de Estado de Derecho; principalmente sin respetar el Plan de Uso de Suelo (PLUS), deben igualmente ser castigados. Las personas que se apropiaron de tierras cruceñas, sin el consentimiento de nuestra gobernación, serán desalojados más temprano que tarde, además de pagar los daños ambientales causados, no les quepa duda.
Los municipios con visión ambiental, la gobernación, las instituciones de defensa del medioambiente y los ciudadanos, deben constituirse en parte civil en los juicios contra los incendiarios y sus cómplices, para garantizar que sean efectivamente castigados.
2) La restauración ambiental. – La gobernación, en coordinación con los municipios, las universidades y otras instituciones, deben crear un departamento especializado para esta larga etapa. Este trabajo debe ser hecho por un equipo multidisciplinar con: ingenieros forestales, biólogos, ingenieros agrónomos, sociólogos y otros. Los fondos deben salir de aquellos que causaron el desastre ambiental, los destructores deben aportar para la restauración.
Las tareas que tendría que realizar este departamento, son las siguientes: evaluación de daños, la restauración de los suelos, la reforestación natural o asistida con las mismas especies nativas; incluida la restauración microbiológica del suelo, el control de la erosión, la protección de fuentes de agua, la restauración de hábitat claves para la fauna, el apoyo a las comunidades y productores afectados, la prevención de futuros incendios, el monitoreo continuo, la implementación de programas de seguimiento para observar cómo se desarrolla el trabajo y ajustar las estrategias de restauración, según sea necesario. Estas acciones combinadas, pueden ayudar a regenerar los ecosistemas afectados y evitar futuros incendios.
Una tarea que también debieran realizar, en coordinación con el CIAT y la cooperación internacional, es enseñar a nuestros productores nuevas técnicas de habilitación de tierras, dejando de lado el fuego y respetando el PLUS. Hay que adoptar nuevos sistemas de producción, acordes al Tercer Milenio.
Es necesario reconocer, que la restauración de los bosques tropicales, demora entre 50 y 100 años, de forma natural y con la ayuda humana (asistida) un tiempo menos, aunque volver al estado que tenían antes de los incendios demora siglos, nuestros ojos no lo verán.
3) La elaboración de una normativa nueva, amigable con el medioambiente.- Para la eliminación total de este flagelo, es necesario la abrogación de las leyes y los decretos incendiarios, que impulsó el Movimiento al Socialismo (MAS) durante su trágica gestión en el gobierno centralista, así como la elaboración de un cuerpo normativo nuevo, con un espíritu que favorezca el medioambiente y el desarrollo sostenible.
4) Y lo principal.- Sacar al MAS del gobierno y de la vida nacional. Mientras ellos gobiernen, los incendios forestales no terminarán, seguirán sus normativas incendiarias, seguirán los avasalladores interculturales, seguirán los plantíos de coca en áreas protegidas y el narcotráfico, seguirá el comercio irracional de tierra sin respetar el PLUS, seguirá el INRA, la ABT, el Sernap y su justicia corrupta apoyándolos, finalmente todos ellos son la misma cosa, coautores de la destrucción.
Llegó la hora de nuestros políticos: emprender la segunda guerra por nuestra independencia. Ayer nos liberamos de los españoles, ahora necesitamos liberarnos de los “masistas”, herederos de los tristemente célebres Joseph Stalin, Fidel Castro, Nicolás Maduro y Daniel Ortega.
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