El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, sorprendió al su país al declarar la ley marcial, argumentando la necesidad de proteger a la nación de amenazas internas y externas, incluyendo las “fuerzas comunistas” de Corea del Norte. Este controvertido decreto prohíbe actividades políticas, protestas, huelgas y permite arrestos sin orden judicial.
La medida llega en medio de tensiones políticas con el principal partido de oposición, acusado por Yoon de bloquear el funcionamiento del gobierno. La incertidumbre sobre la implementación del decreto y la reacción de la población pone al país en un punto crítico, con múltiples sectores, incluidos médicos en huelga, obligados a reanudar actividades bajo amenaza legal.
Sin embargo, la Asamblea Nacional respondió rápidamente, votando con 190 legisladores en contra del decreto, lo que obligaría al presidente a acatar la revocación según la ley. La última vez que un presidente surcoreano declaró la ley marcial fue en 1980, durante un levantamiento nacional encabezado por estudiantes y sindicatos.