Desde junio de 2024, el interés por la adopción de criptomonedas creció en Bolivia. Como sabemos, mediante la Resolución de Directorio N°082/2024 se dejó sin efecto la Resolución de Directorio N°144/2020, habilitando de esta manera el uso de canales e Instrumentos Electrónicos de Pago para operaciones de compra y venta de activos virtuales. Es decir, en teoría, se puede utilizar el banco para comprar criptoactivos.
El mismo Banco Central de Bolivia comunicó a la opinión pública que en los últimos meses se registró un incremento de más del 100% en las operaciones de compra y venta de activos virtuales en el país a través del uso de canales e Instrumentos Electrónicos de Pago, indicándose una subida de $us 13,7 millones en julio a $us 23,7 millones en octubre. En cuatro meses se movieron más de $us 75 millones. Según datos de esta institución, aproximadamente unas 252.801 personas poseen activos virtuales, lo que representa un 6% de la población con ingresos formales.
Pero estos datos recopilados del sector formal, intercambios realizados en Binance, la plataforma más usada a nivel nacional, no reflejan de forma plena lo que sucede en la realidad en un país donde el 80% de su actividad económica se mueve entre la informalidad. Y es que los bolivianos, todavía temerosos y tímidos están comprando y vendiendo criptoactivos de manera camuflada y sin declarar, mediante “trato personal”, no sólo para comprar insumos y mercaderías de los proveedores en el exterior por falta de dólares norteamericanos. También los ahorristas están buscando refugios de valor alternativos, que permitan proteger patrimonio, ahorro y capital, ante la devaluación e inflación en un contexto de crisis económica.
Incluso el proyecto de ley del Presupuesto General del Estado (PGE) para la gestión 2025 autoriza el uso de activos virtuales para las transacciones. Dice en su Art. 7: “Se faculta a las empresas y entidades públicas, que realicen actividades comerciales, a obtener activos virtuales y transferir para cumplir sus obligaciones contractuales contraídas en moneda extranjera; para cuyo efecto, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas emitirá la reglamentación correspondiente”.
Estos hechos suceden en un ambiente muy favorable para Bitcoin, este año de “halving”, periodo donde se reduce el suministro que puede ser minado, el precio está rondando los 100 mil dólares norteamericanos por unidad, un movimiento alcista ocurrido después de la victoria de Donald Trump y su alianza con Elon Musk, ambos abiertamente seguidores de la tecnología blockchain en las criptomonedas. Es más, se está debatiendo seriamente el plan de Trump de establecer una reserva nacional en Bitcoin. De ser realidad esta iniciativa, sería un ejemplo a seguir por otros estados. Este momento optimista es visto por muchos inversores como el fin de la guerra contra las criptos.
De todas maneras, existe una carrera desesperada por acumular Bitcoin de parte de instituciones financieras privadas, sin importar el precio en el mercado. Desde MicroStrategy a la cabeza de Michael Saylor, BlackRock y Metaplanet de Japón continúan recaudando dinero para comprar la creación de Satoshi Nakamoto.
En este escenario, a nivel local, comunidades relacionadas con los criptoactivos, como Asoblockchain Bolivia, Comunidad Bitcoin Bolivia, Ethereum Bolivia, Bitcoin Research, GDG Santa Cruz, Ficct Ladies, SerIndustria, Women Techmakers, Bolchain, MujeresTics, Criptonoticias, han decidido llevar adelante la Criptoconferencia en su quinta versión, y primera versión en Bolivia, con su evento el 6 de diciembre desde las 14 horas en Expocruz en Santa Cruz de la Sierra, para charlar sobre el presente y futuro del ecosistema en nuestro país.
La Criptoconferencia
Luis Christian Rivas Salazar
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