El presidente de Francia, Emmanuel Macron, aceptó ayer la dimisión del primer Ministro, Michel Barnier, al que recibió en el Elíseo un día después de que la izquierda y la ultraderecha secundasen en la Asamblea Nacional una moción de censura que supuso la caída del Gobierno.
Barnier y el resto de ministros, no obstante, deberán permanecer en funciones «hasta la nominación de un nuevo Gobierno», según una escueta nota de la Presidencia gala en la que no se adelanta el posible calendario, si bien la prensa da por hecho que el relevo quedará resuelto en poco tiempo.
Tras recibir a Barnier a primera hora del día, Macron inició una ronda de contactos que incluyó citas con los presidentes de la Asamblea Nacional y del Senado. Además, comió con el centrista François Bayrou, líder del Movimiento Democrático (Modem) y nombre recurrente en las quinielas para suceder a Barnier, según la cadena BFM TV.
Otro de los teóricos candidatos es el actual ministro de Defensa, Sébastian Lecornu, un dirigente cercano a Macron. «No soy candidato a nada», sostuvo sin embargo ayer al ser interrogado sobre este tema en la RTL.
Quien sí se postuló públicamente es la excandidata socialista, Ségolene Royal, que se confesó «disponible» e incluso a escrito al presidente. En este sentido, reclamó «un candidato de izquierda, experimentado y capaz de unir», requisitos que considera cumplir, como expuso en sus redes sociales.(EP)