Desde tiempos pasados la ganadería del Altiplano boliviano, que daba carne de bovinos, ovinos y porcinos, abastecía a las poblaciones urbanas del occidente del país, inclusive esos productos eran exportados hacia países vecinos, como Perú. Se puede agregar que el imperio incaico se abastecía en altos porcentajes de esos tipos de carne cuando Bolivia era Nación y no “Estado Plurinacional” y otras lindezas.
Sin embargo, al presente se constata que la ganadería en el altiplano y valles ha caído en más del 75 por ciento, mientras, por otro lado, han aumentado la población de las ciudades y las zonas rurales, creciendo en casi el triple sus necesidades de proteínas. Pero los mercados de consumo han reducido la venta de esas carnes y, además, son de baja calidad, sin hacer referencia a los precios altos. Es más, la capacidad de consumo de la población también ha caído en un porcentaje de alrededor del cincuenta por ciento.
Ese grave problema no es tanto producto de cambios climáticos, de falta de dólares, de baja tecnología, sino resultado de las políticas sobre agricultura y ganadería que han puesto en aplicación los gobiernos de los últimos años y que sigue a pie juntillas el gobierno actual, sin considerar que esta manera solo se provoca el hambre y la falta de defensas orgánicas de la población.
En todos los años de la República, la economía agrícola y ganadera del altiplano y valles tendía a mantenerse y abastecer tanto a los mismos campesinos como a los citadinos, sin que nunca se hubiesen presentados protestas y marchas sociales para decir que no había alimentos como la carne.
En el pasado inclusive los ganaderos del altiplano llegaron a tener en sus tierras entre 30 y 50 mil cabezas de ovinos y crearon empresas ganaderas que proveían de leche, quesos y otros a la ciudadanía, cosas que ya no se conoce desde que vino la prédica socialista. Por ello, ahora son añorados esos años de gran producción ganadera en el occidente.
El campo no solo producía carne, también lana para abastecer a algunas fábricas urbanas de textiles, de reconocida eficiencia. Así el país no tenía que exportar lanas e insumos para elaborar varios productos. Es de importancia también resaltar que la ganadería del altiplano y valles producía queso, leche de primera calidad, los que con bajos precios llegaban a centros de consumo en las urbes.
Al presente es insuficiente el abastecimiento de carne, leche, lana, etc., en el país, problema que se agrava por el crecimiento de la población y sus necesidades, cuando la ganadería del altiplano está a punto de recibir los santos óleos, todo a la vista del gobierno, el Ministerio de Tierras, etc.
En resumen, la catastrófica realidad del país se debe a los caudillos políticos “izquierdistas”, ideólogos de la “marcha hacia el socialismo”.
Muere la ganadería en el altiplano
- Advertisment -