Por Pedro González
La educación, lejos de ser algo que solo se aprende en las escuelas, debe entrenarse en el hogar. Son las enseñanzas en valores las que permitirán un adecuado desarrollo personal de los menores.
¿Quieres criar un hijo sano y feliz, que sea capaz de tener una buena vida? Para que un niño aprenda y tenga capacidad de análisis, aprendizaje y pensamiento, es necesario que le des una buena educación. Sin embargo, al hablar de educación, no me quiero referir únicamente a la necesidad de que tu niño vaya al colegio y aprenda matemáticas, lenguaje, física y química o inglés. Este concepto abarca una definición mucho más amplia.
Cuando hablamos de educación, hay que referirse al conjunto de valores, enseñanzas y habilidades que el pequeño debe aprender con el paso del tiempo, la transferencia de conocimientos, y la socialización. Y esto no se refiere únicamente al ámbito académico, sino al conjunto de la sociedad, empezando por su propia familia.
La educación en casa
La base de una buena vida es una educación correcta. Resultaría muy complicado que un niño sea feliz en el futuro si se ha desarrollado en un entorno poco adecuado, pleno de carencias en todos los sentidos.
La familia es la primera piedra, y la base fundamental para crear niños más sanos, más educados, más plenos, y con mayores posibilidades de ser felices en el futuro, creando un ambiente adecuado. La familia es la primera piedra sobre la que se asientan los fundamentos educacionales y sociales de los niños, los futuros adultos del mañana. Y si este punto cardinal falla, todo el proceso se viene al traste.
Un niño tiene que tener la habilidad de esgrimir pensamiento crítico. Ha de saber cómo crear sus propios procesos de raciocinio, obteniendo sus conclusiones personales, emitiendo sus propios juicios de valor sin necesidad de copiar de los demás a través de mensajes tan poco adecuados como los televisivos o políticos, por ejemplo.
La base académica de la educación
Por otro lado, tampoco se debe dejar la base de la educación únicamente en la familia. Pese a ser una llave maestra de gran importancia, dado que es el mayor y más cercano ejemplo del joven, la escuela también juega un gran papel en este sentido.
Y es que la educación académica no debe centrarse únicamente en transmitir conocimientos en materias diversas como matemáticas o lenguaje. Además, ha de implicarse en el proceso formativo de los jóvenes.
Un profesor debe ser capaz de transmitir valores, motivación y ganas de aprender en sus alumnos, y no convertir la educación en un tedioso proceso de explicación de conocimientos, estudios y olvido, tal y como sucede hoy en día en muchos casos.
La educación está en todos los ámbitos de la vida
La educación está presente siempre. Desde que nacemos hasta el día de nuestra muerte, vivimos un constante proceso de adquisición de conocimientos y valores que no cesa nunca. Es labor de cada uno estar siempre abierto a todo tipo de procesos capaces de hacernos llegar conocimientos y valores que nos dignifiquen, nos permitan pensar y emitir valoraciones críticas y, en definitiva, ser más plenos y felices en la vida.
El conocimiento es una poderosa herramienta que te hará más libre. El conocimiento te permitirá socializar con mayor facilidad en todo tipo de ámbitos, te aportará valores transversales, y te permitirá ser más pleno. Y ello se descubre gracias a la educación.
Así pues, no te contentes con que tus niños adquieran todo tipo de nociones académicas, y dejen de lado las verdaderas lecciones de la vida, que son los valores y la capacidad de pensar por uno mismo para descubrir sus sueños verdaderos y reales.
La educación y el conocimiento te permitirán conocerte a ti mismo mucho mejor. Te ofrecen la capacidad de descubrir tus verdaderos objetivos en la vida, y te confieren las herramientas para poder hacerlos realidad.