miércoles, enero 15, 2025
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El litio, la perdida tabla de salvación

Hace casi cinco años, cuando el actual gobierno nació, estaba empezando una de las crisis económicas más fuertes de la historia del país, sin que se pueda pronosticar que llegaría a extremos negativos, tanto por aspectos internos como externos.
El gobierno que empezó en el año 2020, sin embargo, tenía esperanzas en que la crisis sería solucionada, pues todavía el Banco Central tenía alrededor de dos mil millones de dólares, por las exportaciones de materias primas. Pensaba que la economía nacional seguiría creciendo, que no se presentarían dificultades climáticas, no se realizarían bloqueos de caminos, ni paros catastróficos y otras medidas de presión.
Esos augurios, sin embargo, resultaron demasiado optimistas, en especial por la caída del ingreso de divisas debido a la suspensión de compra de gas por Argentina, el derrumbe de la producción agropecuaria y una serie de dificultades desatadas por la corriente política evista, que había perdido el goce de las delicias del poder.
Cuando ya se perfilaba un cielo de tempestad, el gobierno de Luis Arce encontró dos soluciones para la grave crisis que golpeaba las puertas del gobierno, la primera fue ver a la explotación de litio como la tabla de salvación de su gobierno y la segunda, anunciar el éxito de un proyecto de industrialización que se levantaría a lo ancho y largo del país. Se pensó que los ingresos de divisas al país que producirían esos dos rubros, podrían pasar de los cinco mil millones de dólares y, en esa forma, se retornaría a los tiempos de las vacas gordas, a las cuales ordeñaba, sin límite ni descanso, cuando fue Ministro de Economía y era propuesto, por afines al MAS, como candidato al Premio Nobel de Economía.
En particular, la explotación y exportación de lito sería la que salve al país de la crisis, porque el proyecto de industrialización resultó un castillo de arena que se desintegró ante la menor brisa marina. En efecto, el gobierno firmó con empresas chinas, rusas y de otras partes del mundo notables contratos que aseguraban la explotación de litio de salmueras. Pero tanto optimismo se derritió como una cucharilla de azúcar en una taza de café. Algunas empresas contratistas no cumplieron con sus ofrecimientos y otras se retiraron, como una empresa china que aseguró que, mediante modernos métodos de explotación, a fines de 2023 estaría exportando “carbonato de litio” y otros derivados, que darían al Estado Plurinacional verdaderos chorros de dólares.
En verdad, el país ha llegado tarde, cuando el precio del litio se ha derrumbado en más de la mitad. Las negociaciones han sido tardías y todavía no estamos en condiciones de producir y exportar carbonato de litio. Así, toda la ilusión del litio terminó en un enorme cero, como podrían terminar otros dos contratos recién firmados. En esa forma, la esperanza que ocasionaba la explotación del litio, que al principio fue considerada por los gobernantes como la isla de salvación ante la crisis económica, resultó solo como el lomo de una ballena.

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