Con objeto de analizar y llevar soluciones a los problemas que afectan a nuestro planeta, se reunió en Bakú, Azerbaiyán, la 29 Conferencia de las Partes (COP 29), organizada por Naciones Unidas.
La reunión no contó con los líderes mundiales y estuvo plagada de problemas, tanto es así que después de muchas discusiones se aprobó el financiamiento para los países de menor desarrollo, por 300.000 millones de dólares, que deberán hacerse efectivos anualmente hasta el año 2035.
Este fondo había sido aprobado en la COP 27, en razón a que dichos países son los que confrontan los más graves problemas climáticos, provocados en su mayoría por los países más desarrollados.
Fue lo último que se vio en esta reunión, pero tan precipitadamente que merece el párrafo que a continuación copiamos, de una publicación mediática que manifiesta el desagrado con el que terminó la cita de Bakú.
“En la conferencia sobre el clima de este año (COP 29) los países más ricos del mundo se han dedicado a intimidar a los de ingresos más bajos para que acepten un acuerdo de financiación miserable que podría embarcarlos en graves deudas. Aunque los países de ingresos altos y la presidencia de Azerbaiyán se congratulan visiblemente, ninguna operación mediática puede ocultar el hecho de que este acuerdo es catastrófico para los derechos humanos de las personas y comunidades que están en primera línea de los crecientes efectos negativos del cambio climático”, ha dicho Ann Harrison, asesora sobre justicia climática de Amnistía Internacional.
El autor es Consultor Internacional.