domingo, diciembre 15, 2024
InicioSeccionesEconomíaTransición energética de la mano del capital humano

Transición energética de la mano del capital humano

> Bolivia tiene todos los elementos para avanzar en esta materia, pero requiere de profesionales especializados para encarar la tarea.

Las economías a nivel mundial avanzan en la transición energética, y el gas natural es la principal fuente para este proceso, y no se descartan los minerales críticos como el litio, para completar el cambio de matriz sostenible. Bolivia en los últimos años aumentó el uso del gas natural en termoeléctricas y paralelamente debió avanzar en desarrollar el litio, así como preparar el capital humano necesario para esta tarea; se quedó en el camino.
Bolivia empezó el desarrollo del litio hace 12 años, a la fecha el complejo instalado en el Salar de Uyuni no levanta vuelo y más bien enfrenta problemas. Una inversión de 1.000 millones de dólares, todavía no alcanzaron los objetivos anunciados al inicio del proyecto.
Ahora, el Gobierno va por la Extracción Directa del Litio (EDL) con empresas rusas y chinas, y ya autorizó la implementación de plantas pilotos, y los contratos ya envió a la asamblea legislativa.
Capital humano
Ana Lucia Vidaurre Valdivia, economista, y copautora del libro Geopolítica de la transición energética. Perspectivas del Sur Global y el caso de Bolivia, dijo que en todo proceso es importante el capital humano.
Por ello, recomendó avanzar en este proceso para que los recursos que tiene el país puedan ser desarrollados por profesionales bolivianos, luego de ser capacitados a nivel internacional y nacional.
Hace unos años, el economista Bernardo Fernández, decía que mientras los países vecinos van en busca de capital humano para desarrollar sus economías y recursos, Bolivia hacia todo lo contrario.
Mientras tanto, para el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, no se destina recursos adecuados para la educación y la formación de profesionales.
Como no es prioridad de la política el capital humano, por ello destinan bajos recursos para educación y salud, y a pesar de que en porcentajes se señale que para el próximo año se destinará más de 10% para educación y salud, la mitad se va para sueldos y salarios.
La importancia del capital humano no es política de Estado, más allá que se indique que se gastará 10% en salud y deportes y educación en el presupuesto del próximo año, más de la mitad van a sueldos y salarios, lamentó.
Y las evaluaciones que realizan entidades internacionales sobre el desarrollo humano, índice que pobreza, de gini, muestran que estamos a menos de la mitad de la ponderación de la tabla general; y ni qué decir sobre el índice de prosperidad, que no sólo mide temas monetarios y económicos, sino también el nivel de educación, cobertura de servicios básicos, implementación tecnológica, entre otros, estamos en los últimos lugares, reflexionó.
En comparación con países de la región estamos retrasados en todos esos indicadores, agregó y señaló que en el camino de la transición energética estamos muy alejados, y todavía dependeremos de combustibles fósiles, por mucho tiempo.
Bolivia
El país ha incursionado en ese proceso y autoridades anunciaron grandes proyectos para cambiar su matriz energética, ahora más que nunca por el agotamiento de las reservas de gas natural, energético vital para la transición.
Actualmente, la generación de electricidad proviene en un 70% de termoeléctricas y el restante 30% de fuentes renovables, como la eólica, hidroeléctrica, solar, pero la actual administración de estado pretende cambiar esta situación hasta el 2033 con más participación de energética renovable.
Un pilar fundamental para la transición energética en el proceso de descarbonización son las energías renovables. En la actualidad Bolivia tiene una participación del 8,2% de energías renovables no convencional (Eólica 127,8MW y Solar 165,1 MW), 20.6% hidroeléctrica y 71.2% termoeléctrica, teniendo la capacidad instalada de fuentes de energías de 28.8%, según energypedia.info.
Presentación
El pasado 4 de diciembre, en instalaciones de Friedrich Ebert Stiftung, la institución internacional presentó el libro Geopolítica de la transición energética, perspectivas del Sur global y el caso de Bolivia. En el evento participaron representantes del Ministerio de Hidrocarburos, así como la representante de la CAF.
El libro abundó las influencias que reciben la región de China, y las ventajas que tiene la zona en la transición energética, que puede hacerlo con iniciativa propia sin intromisión, pues cuenta con todas las herramientas, pero que requerirá capital humano especializado.
Conclusiones
El documento señala dentro de sus conclusiones señala que el sector petrolero dio origen a la doctrina de Bolivia como corazón energético de América del Sur durante los años cincuenta del siglo XX.
Históricamente, Bolivia ha sido un exportador neto de energía. La energía ha desempeñado un papel fundamental en su desarrollo, desempeño económico, posición geoestratégica y posición de influencia en los asuntos exteriores, apunta.
Sin embargo, Bolivia está perdiendo impulso debido a la dicotomía entre la nacionalización de los recursos naturales, la recuperación de la dignidad nacional y el rechazo del “colonialismo occidental” frente a la eficiencia de la producción de energía, la necesidad de diversificar las fuentes de divisas internacionales en forma de inversión y migrar a una matriz energética más sustentable y basada en fuentes renovables (70% para 2025).
El marco legal vigente en Bolivia en materia de inversión privada no es atractivo. Sin embargo, la inversión es posible y las empresas extranjeras siguen operando en el país bajo las leyes vigentes.
Las circunstancias en Bolivia han cambiado y ahora tienden a favorecer la inversión extranjera, ya que hay un agotamiento progresivo de las reservas internacionales netas de gas natural y la explotación de la cadena de valor del litio va a necesitar ingentes cantidades de inversión para potenciar su cadena de valor, reflexiona.
Asumió esa postura el Gobierno ante el fracaso de la nacionalización y el deficiente trabajo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en la reposición de las reservas hidrocarburíferas.
Si Bolivia quiere recuperar su posición privilegiada como centro energético en América del Sur y no poner en peligro su seguridad energética, los ingresos de la industria de los hidrocarburos deberían redirigirse hacia la inversión, planea el documento.
Sin embargo, la inversión debería priorizar las energías renovables, sobre todo la solar y la tecnología fotovoltaica (considerando la descomunal radiación solar en el Altiplano), por sobre la exploración y producción de más combustibles fósiles, ya que además de contribuir a su seguridad energética, cumpliría sus compromisos derivados del Acuerdo de París sobre el cambio climático, agrega.
En 20 años, solamente la energía solar fotovoltaica podría ser veinte veces superior a las actuales reservas probadas de petróleo, por lo que se puede garantizar una seguridad energética plena y la transición energética es altamente probable, pero es necesario acompañar con políticas públicas, inversión, alianzas público-privadas y un marco legal favorable, apunta.
Litio
Con respecto al litio, el documento señala que si bien no avanzó la conformación del triángulo del Litio, recomienda avanzar en el proceso y que Bolivia lidere con el objetivo de enfrentar a las grandes potencias, China y Estados Unidos, más aún luego del descubrimiento de gigantes yacimientos en McDermitt, en el país del norte.
Por ello, sostiene que el futuro geopolítico de Bolivia recae en las siguientes tareas: Reconocer la doctrina de política exterior boliviana construida en más de 100 años, con especial énfasis en su calidad de país bisagra y corazón energético del continente, desideologizarla y enlazarla con políticas de gobierno consistentes hasta garantizar su seguridad energética y que dicha proyección geopolítica se convierta en política de Estado.
También se debe invertir en la construcción de infraestructura energética enfocada en el almacenamiento de energía, empleando los recursos de litio para que la hoy mayoritaria energía fósil y la futura matriz basada en energía renovable, pueda generarse, capturarse y venderse a Estados vecinos.
Plantea que se debe ampliar el uso de la extensa infraestructura hidrocarburífera boliviana para su arrendamiento, para así comerciar hidrocarburos bolivianos o extranjeros, pero exportados a terceros países. De esta manera, Bolivia se convertiría en el condensador de la región y en el país hub de la energía, tanto fósil como renovable.
Similar a lo que ya pasará con el gasoducto a la Argentina, cuyo país dejó de comprar, y ahora busca alquilar parta transportar gas al mercado brasileño.
Proyecciones
Una producción anual de 50,000 toneladas de carbonato de litio podría incrementar el Producto Interno Bruto (PIB) en un 1%, que representa un tercio del impacto generado por la exportación de gas natural, según el documento de la Oxfam, titulado: ¿Cuánto ayudarán, a la economía boliviana, los actuales proyectos de litio?
Se estima que los ingresos anuales para el Estado boliviano fluctuarían entre 200 y 400 millones de dólares, cifra once veces inferior a la generada por el gas natural, mientras que las exportaciones adicionales podrían alcanzar entre 715 y 900 millones de dólares anuales, siete veces menos que las del gas, señala el trabajo de Medinaceli, M., & Medinaceli, S. (2024):¿Qué podemos esperar del litio?. Regalías, Impuestos, Inversión, Exportaciones y Crecimiento del PIB.
El beneficio económico y su contribución a la reducción de la pobreza serían menores y casi marginales comparados con los del gas natural, debido a que la mayor parte de los ingresos fiscales del litio serían acaparados por el Gobierno Central, según el marco legal actual. Finalmente, de los ingresos que recibiría el Estado, el departamento de Potosí obtendría entre 15 y 26 millones de dólares anuales, señala el estudio de la Oxfam Bolivia.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES