miércoles, diciembre 18, 2024
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Objetivos del populismo

Severo Cruz Selaez

El populismo pregona el control del Poder y de los medios de producción. Supuestamente para servir a los menos favorecidos que ahora están en la incertidumbre, por el elevado costo de los alimentos. Se dijo que el populismo daría bienestar a los relegados. Cerraría la brecha de la desigualdad, agudizada a raíz de la crisis política, social y económica. Pero también se sirve de aquellos y descalifica a quienes cuestionan tales actitudes.
En Bolivia, a cuatro años que el populismo tomara el gobierno, los jerarcas se vanagloriaron de las “conquistas” que habrían logrado, para sentar las bases de un Estado nuevo. “El gobierno – dijeron – se había comprometido a erradicar la pobreza, legado de las políticas coloniales, racistas, segregacionistas y antidemocráticas del pasado. Con ese fin, había nacionalizado la industria de los hidrocarburos, para luego invertir los nuevos ingresos así generados, en programas destinados a mejorar el acceso de la población a la salud y la educación y fomentar la producción y el empleo”. (1)
Pero sigue la pobreza, pese a la bonanza económica del pasado mediato. No fue encarada con responsabilidad ni visión al futuro. Los ingresos generados por el auge gasífero, se esfumaron. Hoy estamos en crisis económica, posiblemente la más dura desde que se restituyó la democracia. El gas ya no proporciona los ingresos de hace años. Y “sucede que Bolivia tiene una economía informal que ronda el 80% y una pobreza cercana al 40% de su población” (2). Y la inseguridad jurídica pone en riesgo la inversión privada. En el futuro “va ahuyentar la inversión extranjera, va limitar mucho el crecimiento económico de nuestro país que no va a superar el 2% para esta gestión, va a mantenernos en un nivel de pobreza preocupante, no se generaran empleos y nuestra economía estará a la deriva de la coyuntura externa”, ha reiterado el economista Luis Fernando Romero (3).
“La pobreza, legado de las políticas coloniales, racistas, segregacionistas y antidemocráticas del pasado”, remarcaron los mesías de marras. A partir de 1952 el racismo y segregacionismo fueron superados. Campesinos, mineros y una clase media empobrecida, tomaron el Poder y asumieron las transformaciones, que jamás se habían visto desde 1825. He ahí la verdad.
“Antidemocráticas del pasado”, dijeron. La democracia fue recuperada para construir la Nueva Bolivia al servicio del ciudadano de a pie. Y no para enriquecer a quienes viven de la política en un sistema de libertades. Se hizo cargo de la Presidencia, en 1982, un verdadero demócrata.
En suma: el populismo siempre ha sido falaz y destructivo.

NOTAS
(1) “Examen periódico universal del Estado Plurinacional de Bolivia”. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Bolivia. La Paz, Bolivia, noviembre de 2010. Pág. 92.
(2) “Ministro Montenegro asegura una economía saludable; pero la realidad muestra lo contrario”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 3 de enero del 2024.
(3) “Bolivia segundo país de mayor riesgo para la inversión privada”. EL DIARIO, 11 de febrero de 2024.

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