Luego del lanzamiento oficial del pasaporte a las áreas protegidas nacionales por el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) y el Ministerio de Medio Ambiente y Aguas (MMAyA) con el apoyo de varias instituciones, se procedió a estrenar el documento trasladando a una delegación compuesta por funcionarios, guardaparques, periodistas y miembros de ONG’s, entre otros, al área protegida nacional más cercana a la sede de gobierno: el Parque Nacional y Área de Manejo Integrado (Pnanmi) Cotapata.
Fue un comienzo de fin de semana poco usual, pues trasladarse con traje de ciudad a un área protegida cercana a los 5 mil metros de altura realmente se trató de algo novedoso. Aproximadamente sesenta personas fuimos en dos buses al parque nacional que dista alrededor de 30 kilómetros de la ciudad de La Paz, a su campamento de La Cumbre, donde se encuentra una de sus dos ecorregiones: la de la puna norteña con su sub ecorregión de puna húmeda, la otra ecorregión es la de Yungas que comprende a los bosques amazónicos preandinos.
El sector visitado es fundamental para la ciudad de La Paz, pues es en esa área en la que se encuentran los acuíferos que alimentan de agua potable a la sede de gobierno cuya extensión descontrolada es cada vez mayor, sobre todo en la zona sur con enorme costo ambiental y paisajístico. Allí se encuentran las lagunas Saturno, Estrellani y otras comprendidas en la zona de amortiguamiento del parque, como la laguna Incachaca y la de Hampaturi, ambas represadas, pero lamentablemente amenazadas por la contaminación producida por la minería.
Si bien ese día no llovió, una vez llegados al campamento La Cumbre y cuando ya era algo más del mediodía, la neblina cubría en cuestión de minutos, inclusive menos, los paisajes sobre las lagunas y los valles, aunque a momentos se disipaba y era posible ver algunos trozos del azul del cielo, las quebradas, los barrancos, las cumbres y los acuíferos. Eso sí, era muy importante no alejarse del grupo pues había riesgo de extraviarse. Los buses subieron dificultosamente del campamento de La Cumbre a sitios más elevados donde entre otros acuíferos, visitamos la laguna Saturno, otrora considerada sagrada.
“Estamos haciendo permanentemente control, aquí está el cuerpo de guardaparques, siempre hacen su patrullaje rutinario, están vigilando la conservación del lugar, que no se asienten los mineros, en eso estamos, están cumpliendo una función los guardaparques en estricto cumplimiento de las normas que tenemos en el MMAyA…en tanto, el pasaporte va ayudar harto a la conservación para las áreas protegidas que tenemos, una parte de nuestros guardaparques tienen que estar bien uniformados, logísticamente bien dotados de motorizados como ser motos, camionetas, un tratamiento bien especial para cuidar el medio ambiente y aquí, por ejemplo, cuidamos el aire, las aguas, las vertientes y se necesita ese recurso del pasaporte…”, estimó en el lugar Jorge Blanco Yapu, director del PNANMI Cotapata.
Para acceder a cada área protegida, primero el visitante debe registrarse con datos como su nombre, procedencia, número de carnet de identidad y otros datos, pues es preciso conocer quienes están visitando el área a objeto además de precautelar por su seguridad y verificar hacia qué sector del parque se están dirigiendo, esto a fin de poderlos localizar más rápidamente en casos de extravío o algún accidente, que en ocasiones suele producirse por la poca visibilidad, desorientación y lo gélido del clima en las partes altas.
Giovana A., jefa de protección del PNANMI Cotapata se refirió al tema destacando la importancia del libro de registros. “El libro de registros es muy importante para nosotros, cualquier turista ya sea nacional, extranjero o niño/a, cualquier persona natural debe registrarse acá en el ingreso que es precisamente en La Cumbre, nuestra caseta de información, por qué, porque muchas veces sucede que estas personas se desorientan en el camino y cuando hacemos registro, también brindamos información muy importante para el turista, cómo deben ser los cuidados que deben tener, dónde están las señaléticas, qué informaciones tenemos en el recorrido, qué espacios tenemos durante el recorrido, hasta dónde pueden llegar, en cuánto tiempo pueden llegar, las previsiones, etc…”
Es destacable que, en el PNANMI, además de la abundante vida existente, como en flora (arrayán, cedro, orko palo, queñua, pino de monte, aliso, nogal, etc.) y en fauna, mamíferos como la taruka, pecarí, tigrillo, marimono, además de aves, anfibios y reptiles, muchos de ellos en riesgo, hay unas ruinas como las de Socosani, una infraestructura compuesta por ocho habitaciones, un patio central, sistema de drenaje y lugar de ceremonias, además de graderías o tacanas.
De la misma manera existen atractivos turísticos como los caminos precolombinos El Choro-Sillutinkara; Chojllapata-Sandillani; Sillutinkara-Sandillani. También se encuentran el puente inca en Chairo, el camino Chairo-Socosani, las ya mencionadas ruinas de Socosani y la cascada Yucupi-Chimani. Todos esos atractivos, algunos de ellos muy poco visitados, forman parte del programa que tiene esta agencia de noticias (ANA) para trasladarse a esos sitios y mostrarlos a la ciudadanía.
Esta breve nota estaría incompleta sin hacer referencia más específica al pasaporte de las áreas protegidas (AP’s) lanzado el fin de semana bajo el lema “¡Tu viaje a la vida!” cuyo costo es de Bs 200 e incluye acceso a 19 de las 23 AP’s nacionales del país -lo cual no hará necesario adquirir un pase para cada área- y cuyos alcances y objetivos se enmarcan en generar ingresos destinados a actividades de preservación fortaleciendo la gestión de las áreas protegidas.
De igual manera ello busca promover el turismo, aquel que se orienta a la sostenibilidad medioambiental al desarrollarse en armonía con la naturaleza, y, desde luego, con las riquezas culturales como las ruinas arqueológicas y las más de 30 comunidades (Chairo, Chucura, Pongo, La Selva, etc.) que comprenden los tres municipios que abarca el PNANMI Cotapata: Coroico, La Paz, Palca.
Entre las instituciones que apoyaron el proyecto del pasaporte, además del Sernap y del MMAyA, se encuentran CSF Bolivia (Comité de Servicios Financieros), Embajada de Suecia, Unión Europea (UE), WWF y la Fundación para el Desarrollo del Sistema Nacional de ´Áreas Protegidas (Fundesnap).
Moisés Y. Torres, director de Planificación del Sernap, compartió sus apreciaciones respecto al documento que tiene vigencia de un año: “Evidentemente, como institución reconocemos los problemas que tenemos al interior de las AP’s, básicamente estos problemas también nacen a consecuencia de la falta de recursos económicos que sufrimos como institución para poder contar con una mayor cantidad de guardaparques, campamentos, logística que nos permitan realizar con mayor efectividad nuestro trabajo de patrullaje y de esta manera poder detener este tipo de delitos ambientales que actualmente nos están ocasionando problemas serios en las AP’s. (ANA-Bolivia)