En esta etapa de crisis económica por la que atraviesa nuestro país, se hacen más visibles varios problemas que han quedado sin solución desde hace muchos años. Uno de ellos tiene que ver con la falta de control en las fronteras con países vecinos. Debido a la falta de atención gubernamental, desde hace mucho tiempo, lugares limítrofes se han convertido en centros de actividades irregulares, como el contrabando de todo tipo de artículos, que ingresan al país o salen de él.
Por el contrario, en otros países se esmeran en mantener debidamente resguardadas sus fronteras, a fin de evitar incursión de contrabandistas, narcotraficantes, y otra gente indeseable. Pero también previendo amenazas de naciones vecinas, que procurarían extender los límites de su territorio. En general, se busca cuidar los hitos fronterizos, redoblando la vigilancia y construyendo edificaciones y poblando regiones, a fin de que aporten al desarrollo sostenible.
En cuanto a Bolivia, no se puede negar que muchas de sus pérdidas territoriales se han debido al descuido de autoridades nacionales, que no han sabido proteger las extensas fronteras que se tiene con cinco naciones vecinas. Por ese descuido hubo asentamientos que, con el tiempo, se dice que dieron derechos a quienes ocuparon por algún tiempo parte del territorio, lo que dio lugar a invasiones y conquista de nuestros espacios a favor de otros países. Muchos casos son conocidos, como sudeió en relación con Chile, que se quedó con nuestro territorio marítimo.
Lo cierto es que, desde la fundación de la República en 1825, se ha mantenido a fuerzas armadas, cuya fundamental misión es cuidar las fronteras; pero por varias causas o simple irresponsabilidad, esa importante labor se ha limitado a tener pocos soldados en algunos puestos fronterizos, por lo que, invasores y negociantes ambiciosos, hallaron poca resistencia para sus actividades ilícitas.
Recordemos al respecto que, hace algunos años, hubo intentos para poblar diversos lugares fronterizos y hasta se planificó cómo se lo haría, pero ante las primeras dificultades las fuerzas armadas abandonaron tal proyecto y no se habló más de realizar obras semejantes que hubiesen sido muy benéficas para el país, ya que ello significaba resguardo efectivo de fronteras por tener instalados cuarteles, centros policiales y hacer obras en beneficio de poblaciones ya asentadas y dispuestas a emprender múltiples actividades de sobrevivencia y desarrollo.
El resguardo de nuestras fronteras ha sido siempre motivo de anuncios demagógicos por intereses político-partidistas; pero no hubo realmente la intención de encarar el asunto en forma decidida. Hoy, en un caso, ante la escasez de alimentos por un “contrabando inverso”, es decir por la salida de esos productos hacia países vecinos, donde se paga más por ellos, es perceptible que, por descuido de varios gobiernos, ese problema se agrava. Lo cierto es que resulta muy difícil controlar rigurosamente y a corto plazo tan extensas fronteras.