Ante un escenario complicado en el comercio exterior boliviano, el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, asegura qué para invertir y exportar, el Gobierno debe brindar seguridad jurídica, seguridad de mercados y seguridad de buenas políticas públicas. La s ventas bajaron en 3.000 millones de dólares.
Los resultados negativos del comercio exterior boliviano a septiembre de 2024, registra una caída global
por casi 3.000 millones de dólares y el dramático descenso de las exportaciones por 1.643 millones, así como las importaciones en 1.337 millones, y un segundo déficit comercial consecutivo, dan cuenta de un 2024 adverso con varias “lecciones aprendidas”.
“Sólo con un trabajo sinérgico y armónico público-privado, con una visión y responsabilidades compartidas de corto, mediano y largo plazo, podremos esperar un mejor 2025. Que el gran sufrimiento del año 2024 nos sirva de lección, y, que no nos falte la fe de que construir la «Bolivia Digna, Productiva, Exportadora y Soberana”, con la que todos soñamos es posible de lograr, para lo cual se debe acabar con los avasallamientos a predios productivos, los bloqueos de carreteras y los frenos a la exportación, ya que, de persistir, no llegaremos a ninguna parte”, dijo, Rodríguez en conferencia de prensa en Santa Cruz donde brindó la evaluación anual del sector.
El Gerente General del IBCE menciona que se debe tomar en cuenta los errores registrados en la presente gestión para no volver a repetirlos en el próximo año.
“Ha sido un grave error tomar en poco la enorme importancia que tiene el comercio exterior para el país, tanto desde el punto de vista de las exportaciones como de las importaciones; cuando las exportaciones bajan, la economía del país crece menos y decae el empleo; menos exportaciones implican menos dólares en Bolivia para financiar sus compras externas; por la falta de dólares, se encarece la divisa y suben los costos de importación y producción”, describió Rodríguez los cinco errores que no se tomaron en cuenta.
Mientras las caídas en la importación de equipos de transporte, combustibles, bienes de capital e insumos, tienen un fuerte impacto negativo sobre la actividad comercial y la producción de bienes y servicios, tanto en función del mercado interno como del externo.
Aseguró que Bolivia se ha vuelto fuertemente dependiente del abastecimiento externo. Por ejemplo, en el caso de los combustibles, el 86% del diésel y 56% de la gasolina que consumimos, son importados.
Plantea abaratar la importación de combustibles y comercialización a través de la anulación de impuestos; así como sugiere que el diésel salga de la lista de “sustancias controladas”, porque ello implica un grave problema.
Asimismo, para no retroceder en la lucha contra la pobreza, Bolivia necesita, con gran urgencia, volver a crecer más y generar más empleos de calidad, a partir de la actividad privada. “Las exportaciones nunca fueron el problema, siempre fue la solución, hoy, más que nunca, la falta de dólares para importar lo que necesitamos, pasa por exportar más y a más mercados”, puntualizó.
Por ello sostiene que para exportar hay que producir por encima del consumo interno y, para producir más, se debe invertir. Tanto la oferta como la demanda están equilibrados, debido a la inseguridad jurídica.
“Hemos llegado a un punto de quiebre, la escasez de dólares produce inflación e impacta en todo. El gran desafío es que el sector privado pueda invertir más, y hacer florecer las Exportaciones No Tradicionales (agropecuarias, agroindustriales, forestales, madereras, manufactureras). Para ello, se impone un golpe de timón”, sostuvo.
EVALUACIÓN GENERAL
Rodríguez señaló que de acuerdo con el último Informe disponible del Instituto Nacional de Estadística (INE), “el comercio exterior de Bolivia experimentó un bajón de casi 3.000 millones de dólares al tercer trimestre. Las exportaciones cayeron 1.643 millones de dólares mientras que las importaciones bajaron 1.337 millones, con lo cual, Bolivia va camino a registrar un segundo déficit comercial consecutivo en la gestión 2024, producto de la alta vulnerabilidad del sector externo y, ello, a consecuencia de la dependencia de recursos naturales extractivos y no renovables, como los minerales e hidrocarburos, cuya exportación en términos de valor cayó 25% y 19%, respectivamente”, indicó.
“La abrupta caída en las exportaciones por más de 1.600 millones de dólares, implicará que se dispondrá de menos divisas para los pagos externos; mientras que, el derrumbe de las importaciones, en más de 1.000 millones de dólares, implicará una menor actividad económica y comercial en el país”, reflexionó.
EXPORTACIONES
Las exportaciones al tercer trimestre (sin reexportaciones ni efectos personales) sumaron 6.687 millones de dólares, 20% menos en valor y 13% menos en volumen, comparadas a igual lapso del 2023. Las Exportaciones Tradicionales cayeron 23% en valor y 14% en volumen; las Exportaciones No Tradicionales (ENT) bajaron 11% tanto en valor, como volumen. Las ENT son el 30% del total exportado.
IMPORTACIONES
Las importaciones totalizaron 7.117 millones de dólares, bajando 16% en valor y 11% en volumen. La variación relativa del valor importado a septiembre: Equipos de transporte (-31%); Combustibles (-14%); Bienes de Capital (-19%); Insumos (-12%); Alimentos y Bebidas (-7%) y Bienes de Consumo (-12%).
GOLPE DE TIMÓN
A decir del Gerente General del IBCE, “para revertir esta situación urge un golpe de timón, empezando por la seguridad jurídica (avasallamientos, bloqueos), seguridad de mercados (libre exportación) y seguridad de buenas políticas públicas (productividad, competitividad), así como diversificar la oferta exportable, desarrollar las Exportaciones No Tradicionales y conquistar nuevos mercados, concentrando las políticas públicas y esfuerzos de promoción, en sectores de rápido impacto como el agropecuario/agroindustrial y forestal/maderero, el turismo y la exportación de servicios que puede generar más divisas para Bolivia», concluyó.