La tremenda bofetada que recibió en las últimas horas el exmandatario Carlos Mesa al saber que el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) rompió los lazos políticos con la ya extinta Comunidad Ciudadana (CC) y que no lo apoyará para ser candidato presidencial con vistas a las elecciones generales del 2025, lo dejó muy mal parado en el mapa político nacional, llegando a la conclusión que dicho político ahora más que nunca se encuentra Más Lejos que De Cerca del apoyo electoral de la población.
La alianza sellada, no hace mucho, entre el FRI y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga para participar con vistas a las elecciones generales del próximo año, prácticamente deja a Mesa fuera de la competencia electoral, sin posibilidades de ser una opción política que pueda sacar al Movimiento al Socialismo (MAS) de las esferas del poder, convirtiéndose ahora en uno menos que pueda dividir el voto entre la fraccionada oposición que seguimos teniendo en el país.
Carlos Mesa, nunca fue un verdadero opositor al MAS, siendo en muchas ocasiones políticas un opositor funcional al masismo. Un claro ejemplo de esto fue el pésimo rol que jugó en las elecciones generales en octubre de 2020, donde habiendo tenido el respaldo del voto ciudadano para sacar al MAS del gobierno, nada hizo por articular o unificar el voto dividido opositor que se tuvo en ese entonces, lo cual permitió devolverle en bandeja de oro el poder al MAS mediante el triunfo de Luis Arce Catacora con más del 55% de respaldo. ¿Que ahora se quiera hacer el “líder” que busca unidad de la oposición para el 2025? ¡Nadie se lo cree!
El expresidente Mesa durante estos cuatro años y más del gobierno del MAS al frente de Arce Catacora, tuvo la oportunidad para mostrarse como un verdadero líder opositor que dice ser, pero no lo hizo. Tampoco tuvo capacidad para mantener esa unidad en sus bancadas de senadores y diputados, que CC ahora la tiene dividida en el interior de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). ¿A eso se puede llamar liderazgo político?
Otro antecedente que tiene Mesa de que no es un líder político de convicción, se vio cuando fue presidente por sucesión constitucional a fines del 2003, después de la renuncia obligada, por las presiones sociales alteñas, de Gonzalo Sánchez de Lozada del MNR, pero abandonó dicho gobierno cuando las papas quemaban. Lo correcto era que termine el mandato a su cargo en ese entonces y no renunciar como dando a entender que no hubo la capacidad y el temple para resolver los problemas políticos, sociales y económicos de ese tiempo. ¿Así quiere volver a ser presidente del país?
Otra de las debilidades que mostró durante su vida política Mesa Gisbert, fue su tremenda tibieza en muchas situaciones coyunturales difíciles que vivió el país, queriendo quedar bien con Dios y con el diablo. Un político de esas características no requiere nuestro país. La patria hoy requiere un político opositor con agallas, que tenga lo que las gallinas ponen, bien puestos para que, con autoridad no con autoritarismo, conduzca los destinos nacionales.
Para el colmo, recientemente, se manda otra actitud contradictoria; hace pocas horas al saber del acuerdo de la alianza política entre el FRI y Jorge Quiroga, deslizó que se trataría de una “traición” y sin embargo poco después se lo ve bien sentado al lado del supuesto traidor firmando un acuerdo para unificar la oposición para las elecciones nacionales del 2025.
Don Carlos Mesa hoy se encuentra muy desgastado y debilitado políticamente, no teniendo mucha gravitación, como la tuvo para las elecciones generales del 2019 y del 2020. A sus allegados políticos se les escuchó decir: “que él fue quien rompió los dos tercios que el MAS tenía en la ALP”. ¡No, señores! El apoyo que consiguió mediante el voto ciudadano para que Mesa y CC tengan presencia en el Parlamento fue porque el pueblo lo quiso votando en contra del MAS, antes que por el propio Mesa Gisbert. Eso debe quedar muy claro.
Por todo lo dicho, el exmandatario Mesa debe dar un paso al costado en su aspiración nuevamente a ser presidente. Y dentro del acuerdo político firmado en las últimas entre su persona, Tuto Quiroga, Samuel Doria Medina y un representante de Luis Fernando Camacho, deberá ocupar si se quiere el cargo de consejero político y nada más. Carlos Mesa tuvo su oportunidad de oro para dirigir los destinos del país, no la supo aprovechar, pena por él, su tiempo ya pasó.
El autor es Comunicador social.