Un nuevo sismo de 6,1 grados en la escala de Richter estremeció ayer por la madrugada el suroriente del país, según un reporte del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, publicado por el portal oficial Cubadebate
El sismo, perceptible a la 1:00a.m., fue registrado a una profundidad de nueve kilómetros (km) y a una distancia de 35 km al suroeste de la localidad de Chivirico, en la provincia de Santiago de Cuba.
La nota agregó que se conocen reportes de perceptibilidad en las cinco provincias orientales, además de Camagüey y Ciego de Ávila.
Entre noviembre y diciembre, esta zona del archipiélago cubano fue afectada por tres sismos de significativa magnitud y numerosas réplicas. Este es el sismo perceptible número 137 en este año.
El doctor Enrique Diego Arango Arias, Jefe del Servicio Sismológico Nacional, precisó en una publicación en Facebook que se trata de un terremoto independiente a los sismos del 10 de noviembre de Pilón.
«Hasta las 5:00 a.m. se registraron 208 réplicas, algunas sentidas en las zonas cercanas al epicentro. No hay peligro de tsunami con terremotos ocurridos en la falla Oriente, al sur de Cuba oriental», agregó.
Según Arango Arias, citado por el periodista oficialista Lázaro Manuel Alonso, el sismo de esta madrugada provocó daños leves en algunas viviendas que estaban afectadas por sismos anteriores en la zona de Providencia, Granma, y se reportan deslizamientos de tierra en Babujal, municipio Guamá, en Santiago de Cuba.
Jefe del Servicio Sismológico Nacional, avisó de que se siguen «cometiendo errores en la construcción de obras de interés socioeconómico del país, sobre todo de viviendas».
«Cuesta mucho más la recuperación post-desastre que atender y reducir a su debido tiempo las vulnerabilidades y no incrementarlas con nuevas edificaciones sin acero y cemento en la zona de más alto peligro sísmico de Cuba», denunció.
Al reseñar la asamblea anual del Programa de Desarrollo de Investigaciones Sismológicas Aplicadas (DISA), el experto recalcó que para los científicos es tan grave cometer errores e ignorar la gestión de riesgos, como actuar después que ocurren las catástrofes y manipular la información para no «crear pánico».
A su juicio, si se hubiesen introducido los resultados de los estudios hechos «se hubieran evitado las afectaciones de los huracanes y terremotos» que en menos de un mes dañaron 46.000 viviendas en seis provincias y el municipio especial Isla de la Juventud.
«Se habla mucho de la gestión del riesgo, pero seguimos actuando después que ocurre el desastre. Esto es muy grave para nuestra economía” sostuvo.
Para el destacado sismólogo, a quien la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba le confirió el Premio Nacional a la Vida y Obra en las Ingenierías de 2025, la divulgación del peligro sísmico «siempre fue y sigue siendo un tabú, a pesar de algunos avances». (DDC)