sábado, diciembre 28, 2024

La banderita

Raúl Ruiz Roca

En uno de mis trayectos por la ruta Amazónica norte, desde Guayaramerín hasta La Paz, me encontré con un detalle que me hizo detenerme a reflexionar. A la altura del puente San Lorenzo en los yungas, alguien había puesto un mástil en la orilla de la carretera de un gajo de madera improvisado, donde ondeaba una pequeña banderita del Brasil, colocada en un rincón, a la vez espectacular por su extrema belleza natural y olvidado por el tiempo y la indiferencia. Me hizo pensar en el mensaje profundo que esta simple banderita intentaba transmitir.
El autor de esta acción, alzando este modesto símbolo patrio, quiso recordarnos que esta carretera es el Corredor Amazónico Norte, una vía que conecta el Atlántico con el Pacífico, uniendo Porto Velho – Rondonia – Brasil con La Paz, Bolivia y otros, constituyéndose en una arteria vital que nos une a ambos Estados y nos liga directamente a los puertos peruanos del Pacífico. Pese a ello, este importante trayecto se encuentra en el olvido, como si no supiéramos apreciar su significado.
Esta banderita, pequeña en tamaño, pero grande en simbolismo, nos invita a reflexionar sobre el estado de esta ruta y a preguntarnos: ¿Cuándo será concluida definitivamente la carretera Rurrenabaque–Riberalta?, ¿Cuándo se reparará la deteriorada vía La Paz–Rurrenabaque, que ha llegado a un punto en el que apenas puede soportar el paso de camiones pesados? Este corredor es crucial para la integración comercial entre Brasil y Perú, conectados por Bolivia, que, sin embargo, se encuentra en un estado lamentable.
Los pueblos que habitamos a lo largo de esta ruta debemos unir nuestras voces y exigir al gobierno que declare de prioridad nacional la habilitación del Corredor Amazónico Norte. El progreso y desarrollo de los departamentos del Beni y La Paz dependen de ello. Es momento para que nuestras demandas sean escuchadas y que se tomen decisiones que permitan el crecimiento de nuestra región, y que las instancias gubernamentales no deslinden su responsabilidad con el pretexto de que están cumpliendo las normas, pasándoles esa responsabilidad a las Gobernaciones, para que ellas habiliten y mantengan en buen estado las vías camineras de principal vinculación, manteniéndonos en constante abandono y sin conectividad real, sin puentes, sin mantenimiento y sin asfalto, volviéndose cada año una calamidad el tránsito por esta región. Estamos cansados de la picardía recurrente, que cada vez se manifiesta al decirnos que se habilitaron vastos kilómetros de asfaltado en el Beni, en lugares desconectados que solo benefician a zonas de preferencia electoral, demostrando un despilfarro más de recursos del pueblo en obras inútiles, que nos aíslan de la red vial fundamental del desarrollo.
La banderita, es un verdadero aliciente a la acción y un recordatorio de que tenemos un camino por recorrer hacia un futuro mejor. Es hora de despertar y hacer que nuestras voces resuenen. No permitamos que el olvido se adueñe de nuestra realidad. ¡La unión es la fuerza!

El autor es Abogado en Seguridad, Defensa y Desarrollo de Altos Estudios Nacionales.

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