martes, diciembre 31, 2024
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La filmación de Nosferatu

Nosferatu reúne a los reconocidos artistas que contribuyeron al poder inmersivo de las anteriores películas de Eggers, entre los que se encuentra el diseñador de producción Craig Lathrop; el director de fotografía Jarin Blaschke; la diseñadora de vestuario Linda Muir; y la editora Louise Ford, quienes trabajaron en The Northman, The Lighthouse, y en The Witch. Robin Carolan, el compositor de la música de The Northman también regresa al equipo.
Jeff Robinov, John Graham, Chris Columbus, y Eleanor Columbus se asociaron con Eggers para producir Nosferatu. La primera vez que Chris Columbus, quien fuera el productor ejecutivo de The Witch y de The Lighthouse habló con Eggers acerca de Nosferatu, conversaron sobre su afinidad compartida hacia las producciones cinematográficas de Hammer Film Productions, concretamente de Horror of Dracula, filmada en 1958. “Nuestros caminos se cruzaron en el mundo del terror de manera importante. Nos vinculó nuestro amor por el cine de terror y por el del terror de Hammer, y en un momento dado surgió Nosferatu”, recuerda Columbus.
Columbus atesoró la oportunidad de expandir su relación con Eggers y permaneció en el set durante toda la producción, con el compromiso de hacer realidad la visión creativa de Eggers. “Me involucraron muchísimo en el proceso y la colaboración fue tan emocionante para mí, como si estuviera dirigiendo una película. Estaba aprendiendo de vuelta de alguien al que yo considero un verdadero artista, que tiene una visión completamente diferente de la de cualquier otro director que lo haya precedido. Gracias a eso, salí de ahí siendo un mejor cineasta”.
De la misma forma, Eggers recurrió a Chris y Eleanor Columbus como caja de resonancia, y por su experiencia y conocimientos. “Chris y yo trabajamos muy bien juntos porque venimos de mundos muy diferentes”, dice Eggers. “Tanto Chris como Eleanor fueron una verdadera red de seguridad para mí y mis colaboradores por su fe en esta película y nuestra visión colectiva de lo que podía ser. Y para mí, contar con Chris, uno de los maestros de la narrativa ortodoxa de Hollywood, representó un gran recurso, inspiración y protección”.
Tras seleccionar a su elenco, Eggers instaló la producción de Nosferatu en el Estudio Barrandov de Praga, un antiguo centro de producción cinematográfica europeo. Eggers encontró oportunidades para incorporar la arquitectura de Praga, y la producción hizo un breve viaje a Transilvania para rodar exteriores del castillo de Hunedoara para usarlas como el castillo de Orlok. Aunado a las pocas locaciones prácticas, Lathrop diseñó la asombrosa cantidad de sesenta sets.
Blaschke, quien fuera nominado al Premio de la Academia® por su trabajo en The Lighthouse, perfeccionó un estilo artístico con Eggers a lo largo de sus años de colaboración. “Cada vez más, adoptamos la idea de hacer con más frecuencia las ‘únicas’”, explica Eggers sobre su inclinación por las tomas largas y únicas que pueden abarcar una escena completa. “No se trata sólo de un estilo o un talento. Intentábamos llegar a algo esencial y sencillo”.
El ingenio de Lathrop dio lugar a sets que podían albergar el ambicioso trabajo de cámara de Eggers, que comenta: “A menudo, es necesario contar con paredes y techos móviles. Hay varias tomas en las que una pared se abre con una bisagra para que pase la cámara, y luego vuelve a cerrarse. Implica mucho trabajo, pero es muy divertido”.
La cuidadosa interacción entre los actores, el departamento de cámara y el equipo técnico crearon un set muy agradable:
Blaschke filmó con película de 35 mm y utilizó lentes especiales Dagor y Baltar gracias a la amable ayuda de Dan Sasaki de Panavision. Blaschke lleva mucho tiempo interesado en filmar usando película física, habiendo revelado sus propios negativos de película en bandejas y realizado copias de contacto a partir de ellos. Aportó su conocimiento de los diseños de las lentes de las cámaras del siglo XIX para crear el aspecto de la película. Uno de los muchos objetivos de Blaschke para Nosferatu era retratar con precisión el pálido resplandor de la luz de la luna. Blaschke explica:
Lathrop comparte en Eggers su compromiso con la precisión histórica y la autenticidad. “Cuando recibí el guion, empecé a profundizar en él con detalle. Esta película está situada en Wisborg, un pueblo ficticio de la costa del Báltico, una ciudad de la comunidad hanseática, así que empecé a investigar la rica historia arquitectónica de las ciudades hanseáticas”.
Lathrop hizo de los interiores de las casas un reflejo de los dispares niveles de riqueza de los personajes. “Es importante ver que Thomas y Ellen viven en un espacio muy modesto, pero aspiran a algo más grande”, dice Lathrop.
La construcción del mundo que hizo el departamento de arte se extendió a detalles menores y ocultos.
Al igual que Depp, Corrin también admiró la especificidad de la decoración del set. “Recuerdo que Rob y yo estuvimos hurgando en uno de los escritorios en el que habían dejado una nota. Lo escrito en el papel parecía ser una carta de Ellen, y todos los sobres están dirigidos con el nombre de mi personaje”, señala Corrin.
El alcance y la escala de los sets tuvieron un impacto sorprendente en Eggers a medida que se iban construyendo. “Fue muy emotivo ver cómo tomaban forma”, recuerda Eggers. “Construimos esta pequeña granja para The Witch, que en aquel momento parecía un gran logro, y aquí hemos construido el área equivalente a cinco manzanas. Esa fue una de las muchas construcciones para la película, así que fue espectacular”.
Lathrop viajó a Rumania para investigar pueblos en busca de un momento crucial y profético en el viaje de Thomas: “Tenían dos museos históricos al aire libre, así que fue genial ver los edificios que reunieron de todo el país y que reconstruyeron en un solo lugar. Podías ver los detalles y tocarlos, en lugar de sólo mirar fotografías”.
El guionista rumano Florin Lăzărescu colaboró en la producción traduciendo diálogos al dacio, una lengua muerta, e investigando la vida cotidiana en Transilvania en el siglo XIX. “Poco a poco comencé a hablar con el equipo sobre diferentes objetos: íconos, cruces y juguetes para niños gitanos. Descubrí cosas que no sabía sobre mi país, sobre mi cultura, antes de investigar para esta película”, dice Lăzărescu.
Nosferatu está situada en 1838, un período de transición para la moda. La diseñadora de vestuario Linda Muir explica: “Es un período de diez años muy peculiar: es posterior a la Regencia y anterior a la época victoriana. Definitivamente es un período de transición en el que las mangas de los vestidos de las mujeres pasan de ser enormes tipo gigot a ser más reducidas y más largas. Y, para los hombres, este es un período anterior a la sastrería estandarizada, por lo que hay ejemplos de costuras cambiantes. Eso es realmente desafiante en términos de producción”.
El vestuario juega un papel importante en los muchos intentos para dominar la posesión de Ellen. “El doctor Sievers parece pensar que ella se puede calmar apretando aún más un corsé que de por sí está muy apretado”, dice Muir.

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