La casi total desaparición de dólares en el Estado Plurinacional, ha determinado un proceso acelerado de paralización del aparato económico del país, con tendencia a empeorar desde principios del siguiente año y. por tanto, producir graves trastornos políticos. Por ello la ciudadanía trata de hallar explicaciones sobre las causas de esos hechos que afectan su vida cotidiana, sacando conclusiones lógicas de lo que pasó desde el año 2006, cuando el MAS llega al poder.
Recordemos que, en tiempo de las vacas gordas, debido a una providencial alza de precios de las materias primas de exportación, particularmente del gas que exportábamos al Brasil y la Argentina, se llenaban las arcas del Estado. Es decir que ingentes cantidades de divisas entraban al Banco Central, pero la jerarquía burocrática del régimen plurinacional las despilfarraba a manos llenas, sin tomar previsiones para el futuro. Y con el agravante de que la prensa nacional denunciaba ese manejo irresponsable de la economía nacional y pedía tomar en cuenta experiencias anteriores que resultaron perjudiciales para el país.
Ese derroche de fondos del pueblo es, ahora, motivo de crítica de la población, pero no provoca autocrítica en los gobernantes masistas, a pesar de que la inexistencia de dólares ha puesto a Bolivia en estado de crisis y está paralizando la economía. Y es que ahora la industria no tiene fondos para importar materias primas, repuestos y otros, y lo mismo soporta la agricultura de Santa Cruz, así como son afectados gremiales, comerciantes y el mismo Estado Plurinacional.
Al respecto, el presidente Luis Arce Catacora se ha limitado a decir que la falta de dólares se debe al pago de la deuda externa y algunas otras causas, pero la verdad es que, principalmente, el país ha dejado de percibir gran cantidad de dinero por el agotamiento de las reservas de gas, la caída de los precios de otras materias armas, la falta de políticas económicas eficaces, etc., todo lo cual nos ha empobrecido súbitamente. Es necesario subrayar, por otra parte, que faltan divisas no solamente por el pago de la deuda externa, que ahora llega a los 13 mil millones de dólares, sino que también se debe contar la deuda interna, que pasa de los 17 mil millones, lo que significa en total más de 30 mil millones de dólares.
Además, el país ha casi dejado de producir y, para muestra, el valor de las exportaciones ha caído en un tercio o sea 3 mil millones de dólares, sin contar la calamitosa situación del turismo, y otros rubros. En esa forma, el presidente Arce ofrece datos inexactos o desea ocultar la verdad. Entonces es posible decir que algo huele mal.