lunes, enero 6, 2025
InicioSeccionesEditorialEstado Plurinacional en crisis terminal

Estado Plurinacional en crisis terminal

El Estado Plurinacional –que el MAS intentó fundarlo en 2009, con la primera Constitución Política aprobada en las urnas–, dirigido por el “primer presidente indígena de país”, completó su ciclo histórico destruyendo la obra de su creación.
Este Estado Plurinacional, que nació oficialmente el 22 de enero de 2010, cumplirá próximamente 15 años de perdularia y precaria existencia, en medio de la más grave crisis económica y política de la historia de Bolivia. Así se pretendía una segunda fundación de Bolivia, con el nombre de “Estado Plurinacional de Bolivia”. Pero nuestra patria fue fundada, legítima y legalmente, el 6 de agosto de l825, hace 200 años, después de cruentas guerras para liberarnos del coloniaje español.
Ese cambio de denominación empezó cuando Evo Morales asumió la conducción del país y la crisis económica empeoraba. Pero, en forma providencial, tuvo un increíble golpe de suerte, sin el cual hubiese naufragado en pocos meses. Hubo una abrupta subida de precios de materias primas. Pasados dos siglos, hoy el Estado Plurinacional está en crisis general, por causas internas, en los que se refiere a su economía, política, navegando en un mar embravecido, sin timón y a la deriva, ¡sin capitán!
Morales Ayma comenzó a gobernar en 2006 y empezó a dictar medidas para llevar al país “hacia el socialismo”. La economía se frenó y de pronto se produjo un alza de precios de materias primas de exportación, por lo que el país recibió gran caudal de divisas. Morales se había sacado la lotería y empezó a gastar en obras faraónicas, lo que ingresaba en especial por la venta de gas a Brasil y Argentina y granos de oleaginosas.
Según economistas, pasaron de 40 mil millones de dólares lo recibido solo por hidrocarburos. El despilfarro era cotidiano, como en la compra de un avión presidencial por 40 millones de dólares y otros. Enseguida, el gobierno gozaba de bonanza, como jamás conoció el país. Además, “nacionalizó” los hidrocarburos y otros. Anunció el crecimiento del PIB del 4 al 6%, la rebaja de la pobreza del 60 al 30% y por medio de una Asamblea Constituyente, dictó una nueva Constitución Política no sólo conservadora sino reaccionaria, etc.
Pero esas obras de beneficencia eran producto exclusivo de los ingresos por exportación de gas y otros. No eran resultado de la producción interna, como se hizo creer en el exterior. Por ejemplo, el petróleo subió de 20 a 250 dólares el barril y la libra de estaño de 6 a 15 dólares. Pero mientras se derrochaba las divisas, la economía interna se desplomó, la industria entró en decadencia, como la minería. La alegría fue pasajera y en 2018 los precios de las materias primas cayeron a la mitad o más y el gobierno se quedó no solo como estaba en 2006, sino mucho peor, sin materias primas, sin alimentos ni dólares, en quiebra. Hubo una insurrección popular en 2019 y la situación revolucionaria está latente, en busca de retomar el camino perdido por el gobierno de Jeanine Añez.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES