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Reconocen trayectoria del Museo Nacional de Etnografía y Folklore

El MUSEF recibió la condecoración “Marina Núñez del Prado”, la máxima distinción otorgada por el Ministerio de Culturas, por el invaluable aporte que ha hecho al desarrollo cultural del país en sus más de 60 años. “Este premio es de Bolivia, de sus pueblos y de quienes luchan cada día por mantener viva nuestras identidades”, destacó la directora del museo, Elvira Espejo Ayca.

En un emotivo acto realizado el 26 de diciembre, el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (MUSEF) recibió la Condecoración al Mérito Cultural «Marina Núñez del Prado», la máxima distinción otorgada por el Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización.

Este reconocimiento llega como un homenaje a los más de 60 años de ininterrumpido legado cultural, reafirmando su papel como guardián del patrimonio material e inmaterial de Bolivia.

La ministra de Culturas, Esperanza Guevara, destacó durante la ceremonia: “Este premio no solo celebra las seis décadas de historia del museo, sino también su impacto en la construcción de un Estado Plurinacional que valora la diversidad cultural y el diálogo intercultural como pilares fundamentales”.

Con un diploma de reconocimiento y una medalla bañada en oro, el galardón simboliza el invaluable aporte del MUSEF al desarrollo cultural del país.

UN MUSEO CON HISTORIA VIVA

La historia del MUSEF se remonta a 1925 cuando el presidente Bautista Saavedra fundó el Departamento Científico de Etnografía con motivo del Primer Centenario de la República. Dependiente del Museo Nacional de Bolivia, este departamento sentó las bases para lo que sería más tarde el MUSEF. En 1962, empieza a funcionar como Museo de Arte Popular y Artesanía, dependiente del Ministerio de Educación, en un espacio de 42 metros cuadrados, estableciéndose en el ex Palacio de los Marqueses de Villaverde, su actual sede.

La designación oficial como Museo Nacional de Etnografía y Folklore llegó en 1974, a través de la Resolución Ministerial Nº 208, marcando un hito en su historia institucional. En 1983, bajo el mandato del gobierno de Hernán Siles Zuazo, se determinó su transferencia al Banco Central de Bolivia, reforzando su estabilidad y proyección. Finalmente, desde 1995, el MUSEF pasó a formar parte de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, integrándose a un conglomerado de cinco centros culturales nacionales.

El MUSEF opera en el histórico ex Palacio de los Marqueses de Villaverde, una joya arquitectónica colonial construida en 1730. Declarado Monumento Nacional en 1930, su estructura destaca por los patios con arquerías de piedra y un arco triunfal central con un escudo heráldico esculpido en piedra. Este edificio, ubicado en el centro histórico de La Paz, simboliza un legado arquitectónico tan valioso como las colecciones que alberga.

En 2001 se inició una ampliación, culminada en 2004. En ese mismo año, se inauguró una subsede en la Casa Argandoña de Sucre, consolidando así su presencia nacional.

UN APORTE TRASCENDENTAL AL PATRIMONIO CULTURAL

Con un acervo de 338.000 bienes culturales, el MUSEF es un bastión en la investigación y preservación del patrimonio boliviano. Su editorial publica investigaciones basadas en ontologías locales y bienes resguardados, mientras que la Reunión Anual de Etnología se ha convertido en un referente para el análisis y reflexión sobre las culturas bolivianas, desde una perspectiva académica.

Proyectos como el MUSEF Portátil han llevado las riquezas culturales del museo a las comunidades más alejadas del país, democratizando el acceso a la cultura. Además, el museo ha liderado iniciativas para fomentar el diálogo intercultural e intracultural, cumpliendo su misión de poner en valor las memorias y herencias locales arqueológicas, históricas y antropológicas de Bolivia.

UNA VISIÓN HACIA EL FUTURO

En sus 63 años de trayectoria, el MUSEF no solo se ha consolidado como una institución de preservación, sino también como un punto de encuentro para el entendimiento y la valorización de las culturas bolivianas. La directora del museo, Elvira Espejo Ayca, destacó en el acto de condecoración: “Este premio es de Bolivia, de sus pueblos y de quienes luchan cada día por mantener vivas nuestras identidades”.

El reconocimiento también llega en un momento crucial para el museo, que sigue implementando proyectos innovadores para ampliar su impacto. Entre ellos, destacan iniciativas digitales que buscan hacer más accesible su vasta colección y fomentar la participación de nuevas generaciones en la preservación de la memoria cultural.

UN REFERENTE NACIONAL E INTERNACIONAL

El galardón “Marina Núñez del Prado” posiciona al MUSEF como un modelo en la gestión cultural boliviana. A lo largo de su historia, el museo ha sido anfitrión de exposiciones de talla nacional e internacional y ha marcado hito tras hito en la investigación y difusión cultural. Esta distinción reafirma su compromiso con las diferentes culturas del país, proyectando un futuro prometedor en su labor de rescatar y difundir el inmenso patrimonio cultural que representa las identidades vivas de Bolivia.

El MUSEF invita al público a ser parte de su legado, explorando las diversas manifestaciones culturales del país, desde una perspectiva inclusiva y descolonizadora. Además de sus exposiciones y actividades educativas, el museo ofrece plataformas digitales interactivas, fomentando un vínculo más cercano con las comunidades nacionales e internacionales.

Con sus puertas abiertas en el corazón de La Paz y Sucre, y a través de sus iniciativas digitales, el museo reafirma su rol como guardián de la memoria y promotor de un diálogo que une pasado, presente y futuro. Este galardón es un recordatorio del camino recorrido y una motivación para continuar fortaleciendo el puente entre las culturas vivas de Bolivia y el resto del mundo.

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