Estamos en puertas de una nueva elección, que será determinante para el país. Para definir proyectos y estrategias de crecimiento nacional. A 43 años del restablecimiento de la democracia. Y en una gestión dedicada a celebrar el Bicentenario de Bolivia. Tendremos que decidir la continuidad o el cambio del modelo económico vigente desde 2006. Cuando “el boliviano ya se devaluó en 60%, aproximadamente, ya que la divisa cuesta más de 11 bolivianos” (*). E inclinarnos preferentemente por el pan de batalla o en el peor de los casos por el hambre. Por la libertad o el sometimiento. Por la alternabilidad en el Poder o a favor de quienes buscan perpetuarse en él. Tal como ocurre en países donde el socialismo encarcela a los opositores, para preservar sus privilegios.
Empero, creemos que es necesario asumir una amnistía política, como signo de reconciliación, en tiempos de conflictos. En aras de la pacificación del país, rumbo a las elecciones del 2025. Tomando en cuenta que la democracia conlleva básicamente libertad. A fin que los perseguidos y encarcelados sean protagonistas de la contienda enarbolando diferentes colores y siglas. Y no sean simplemente sufragantes, como el común de la gente. Que el proceso electoral adquiera transparencia y credibilidad dentro y fuera del país. Y que no surjan cuestionamientos que empañen sus resultados.
Para nadie es desconocido que hay presos políticos en el país. Muchos de ellos por haber cuestionado el discurso socialista. Lo que no debería ocurrir en un sistema de libertades. Entre aquellos se encuentran exdirigentes cívicos, una exmandataria recluida por supuesto golpe de Estado y un gobernador electo. Y otros que fueron lanzados al ostracismo por haberse opuesto a los mandamases de turno. Temas que deterioraron tanto el significado como la praxis democrática. Por cuanto deberíamos deponer el revanchismo y el triunfalismo que siempre nos han dividido. Ahora el propósito es salvaguardar la democracia y contribuir a fortalecer la unidad y el crecimiento nacional.
En abril próximo tendremos novedades con relación a posibles candidatos a la presidencia de la República. Entretanto, la actividad política girará en torno a contactos o posibles alianzas. Con la evaluación de opciones, mediante encuestas. Auscultando criterios o buscando consensos para elegir a los más representativos. Desafortunadamente, entre insultos y descalificaciones. Tarea difícil, pero decisiva que tendrán que encarar los entes políticos.
Algunos, muy debilitados desplegarán actividades electorales, debido que la división interna los ha devastado. División que ha destruido importantes proyectos en el pasado y el presente. Con sus conductores cuestionados ahora por instancias judiciales. Otros aúnan voluntades y esfuerzos en busca de unidad por el bien común. Sin embargo, no faltan quienes tratan de difamar ese trabajo político que repercute favorablemente. Esperemos a ver qué ocurre en los meses venideros.
En suma: he ahí un pantallazo de nuestra realidad.
(*) “Bolivia cierra el año con crisis de confianza ante el Gobierno”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 25 de diciembre de 2024.