El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, encargó ayer al ultraderechista Herbert Kickl, líder del partido FPÖ, la formación de un nuevo gobierno. La decisión se produce tras el colapso de las negociaciones entre conservadores, socialdemócratas y centristas.
En un discurso ante la nación tras una reunión con Kickl, el presidente austriaco recordó que el Partido de la Libertad fue el más votado en las elecciones legislativas de septiembre, y estimó que, tras el encuentro mantenido entre ambos ayer por mañana, extrajo la conclusión de que el líder ultraderechista «tiene confianza para encontrar soluciones viables «y quiere asumir esta responsabilidad».
El presidente se declaró consciente de la existencia del «cordón sanitario» impuesto por los tres partidos que fracasaron en las negociaciones de coalición y avisó de que no ha «dado a la ligera el paso» de encargar al FPÖ la tarea de formar gobierno y asegurado que «velará por el respeto al Estado de Derecho».
«Me aseguraré de que se respeten correctamente los principios y normas de la Constitución», aseguró el jefe de Estado austriaco consciente del impacto social de esta decisión.
De hecho, cientos de manifestantes se congregaron delante de la sede de la Presidencia, el Palacio Imperial de Hofburg de Viena, para protestar contra una posibilidad que ganó fuerza este fin de semana: una coalición del FPÖ con el conservador Partido Popular Austriaco (OVP), que no se cerró en banda a una alianza donde sería el socio en minoría.
Kickl, de 55 años, ya fue ministro del Interior entre 2017 y 2019 en un gobierno liderado por el OVP que saltó por los aires debido al conocido “caso Ibiza”, un escándalo de corrupción detectado cuando el FPÖ formaba parte de la coalición de gobierno del excanciller, Sebastian Kurz, salpicado también en otros delitos.
La protesta fue convocada en parte por la organización de Estudiantes Judíos de Austria, cuyo presidente, Alon Ishay, denunció a Kickl como un filonazi. «El hecho de que alguien que haga llamar Canciller del Pueblo», un título acuñado por el Nacionalsocialismo, «pueda convertirse ahora en Canciller de Austria nos trae recuerdos muy oscuros a nosotros, los jóvenes judíos y a la comunidad judía», aseguró al diario “Die Presse”.