El comandante del Batallón de Ingeniería VI Riosinho y un teniente de esta unidad militar ubicada en Cobija (Pando) fueron aprehendidos ayer por el delito de violación que presuntamente cometieron contra una mujer subteniente, el pasado 20 de diciembre de 2024. Tres militares son investigados por este caso.
El comandante departamental de la Policía de Pando, Óscar Ruíz, señaló que se dio cumplimiento al mandamiento de apremio tras la denuncia presentada en las oficinas de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) el 6 de enero.
El fiscal departamental de Pando, Freddy Durán, informo ayer que el Ministerio Público investiga a tres militares. “En este caso la Fiscalía cuenta con pruebas, como el certificado médico forense que corrobora la agresión sexual, declaración de la víctima, actas de declaraciones de los testigos que estuvieron presentes en el día de los hechos, entre otros elementos que serán de relevancia para demostrar la autoría”, señaló.
Según la declaración de la víctima, los hechos se habrían producido durante una k`oa (ritual a la Madre Tierra) al interior del recinto militar, donde se consumían bebidas alcohólicas junto a sus superiores, incluido el comandante del batallón. La mujer militar indicó que, al intentar retirarse, el teniente coronel le manifestó que era “una falta de respeto que una subalterna se retire antes que su superior”. Por ello, decidió permanecer en el recinto, donde continuó el consumo de alcohol.
La denunciante señaló que intentaba evitar los efectos del alcohol derramando la bebida que le servían y que, de rato en rato, se dirigía al baño para despejarse. Sin embargo, afirmó que, tras regresar en una ocasión, le ofrecieron un vaso de cerveza. Después de beberlo, perdió el conocimiento y despertó al día siguiente semidesnuda en la oficina del comandante, cubierta con un mantel azul.
La mujer también reveló que los implicados la grabaron durante la agresión sexual, aunque inicialmente no quiso hablar del tema. Según su testimonio, una capitán le informó que había encontrado imágenes de ella en el celular de un soldado. Al ser interrogado, el conscripto confesó que participó de la vejación además del comandante de la unidad y un teniente, mientras que otro militar fue testigo de los hechos.
La víctima, en su primer año de trabajo en las Fuerzas Armadas, intentó callar lo ocurrido debido a las recurrentes burlas que sufría dentro del recinto militar, lo que la llevó a un estado depresivo que casi le hace abandonar su carrera; además, algunos superiores a quienes les contó lo sucedido le recomendaron no denunciar.
El abogado de la víctima, Omar Durán, calificó el caso como una “violación grupal” ocurrida en el contexto del consumo de bebidas alcohólicas dentro del recinto militar, una práctica prohibida por instrucciones superiores. El jurista exigió que se llegue a la verdad histórica de los hechos y se imponga una sanción ejemplar contra los presuntos responsables.
VIOLACIÓN EN COCHABAMBA
En otro caso, el fiscal departamental de Cochabamba, Osvaldo Tejerina, informó que, en audiencia de juicio oral, se demostró que Christian F.T. (28), de profesión militar, es autor del delito de violación con agravante cometido en contra de una de sus colegas de 30 años.
Por ese motivo, el Tribunal Primero de Sentencia en lo Penal, Anticorrupción y Contra la Violencia a la Mujer de la capital dictó condena de 17 años y seis meses de presidio en contra de Christian F. T., pena que deberá cumplir en el penal de San Sebastián Varones.
“En la audiencia se presentó como pruebas el certificado médico forense que acredita que hubo la agresión sexual, el informe psicológico y el dictamen pericial de genética, entre otros, que fueron valorados por los miembros del Tribunal que dictaron condena para el agresor”, señaló Tejerina, según un reporte de la Fiscalía.
La fiscal litigante, Sandra Nina, señaló que el 17 de febrero de 2024, Christian y su colega, ambos de profesión militar, fueron al municipio de Punata durante su descanso y compartieron bebidas alcohólicas en un acontecimiento festivo, posteriormente, el sujeto llevó a la joven a un local donde continuaron bebiendo.
El 18 de febrero, en horas de la madrugada, el sujeto llevó a la mujer a una cancha deportiva donde ella perdió el conocimiento y el hombre la agredió sexualmente. Horas después, la mujer despertó en unos maizales y presentaba sangrado, por lo que pidió auxilio y fue ayudada por los vecinos que la trasladaron a un centro médico. (Erbol y Brújula Digital)