No habrá candidato único
Está más claro que el agua: no habrá candidato único. Desde el inicio de su campaña, Manfred Reyes Villa dijo que no haría alianza con los políticos del pasado. Esa es la palabra del capitán. De la misma manera, aunque con mayor fogosidad, Branko Marinkovic, el candidato de ADN, sentenció que jamás se asociaría con los fracasados –y además socialistas– del pasado. Finalmente, hasta Rodrigo Paz Pereira, 57 años, senador, irá solo: la razón: muy parecida, él dice representar a la juventud boliviana. Y así, otros no tan bullangueros parece que tampoco se unirán al “Combo de los Cuatro”, a los socialistas y fracasados del pasado. E inclusive dentro de ese combo, no parecería que las cosas están tan sólidas que se diga. Será difícil que Samuel dé un paso al costado, o que así lo hiciera Tuto. Ambos creen representar “la solución final”.
Frente a esa realidad, no existe una razón válida para que el MNR sea más papista que el Papa y se integre al Combo de los Cuatro, cuando nadie cree que habrá candidato único, ni siquiera los mismísimos integrantes de dicho combo. Y, especialmente, porque ese combo nada le ofrece al MNR.
Con lo señalado supra, veamos ahora qué ganaría el MNR en una alianza con el Combo de los Cuatro. Este análisis lo realizaremos con las cifras de la primera encuesta de Marcelo Claure, ya que, con todas sus deficiencias, es la menos interesada, ya que él no es candidato.
La hipotética alianza del MNR con el combo de los cuatro: fiasco
En política cualquier acción siempre tiene que responder a la pregunta práctica: ¿qué gana el MNR en una alianza con Samuel, Tuto, Camacho y Mesa? Enfáticamente, nada. Veamos.
En términos de representación parlamentaria, la perspectiva es nula. El caso de Santa Cruz es el siguiente, por ejemplo. Lo que se sabe, de versiones internas del Combo de los Cuatro, es que sea quien fuere que Camacho apoye, negociará la representación de Santa Cruz íntegra. Eso, tiene sentido, porque del voto de los partidos opositores al MAS, Creemos es el que muestra más músculo político (25%) en el departamento. La fuerza de Samuel (15%) en Santa Cruz no es comparable con la de Camacho, ni menos la de Tuto (11%). La única fuerza cruceña que puede competir con Camacho es el partido Demócrata, del exgobernador Costas, quien también es parte de ese combo. Ante este panorama, el negociar un candidato a una diputación por el MNR es tarea con sombrías perspectivas. Esto, porque primero estarán los candidatos de Camacho, luego, los de Costas, seguidos de los de Samuel, los de Tuto y hasta los de Mesa (recuérdese que una de las revelaciones parlamentarias de esta gestión ha sido una diputada de Comunidad Ciudadana cruceña). Los movimientistas no tendrán algún espacio de expectativa –en franja de seguridad– en el Combo de los Cuatro, en Santa Cruz.
En La Paz ocurrirá otro tanto de lo mismo. En ese departamento el MAS –en sus diferentes versiones– seguirá teniendo una fuerte presencia (en la encuesta mencionada Evo tiene 26% en El Alto y 25% en La Paz). Eso coloca a la oposición con una mayor estrechez en cuanto a escaños parlamentarios. Aunque Samuel (17%) o Tuto (8%) o Mesa no tengan un apoyo mayoritario en el departamento, lo tienen en mayor medida que el MNR. En La Paz el partido ha sido lastimado muy duramente desde los acontecimientos de 2003. Eso quiere decir que la oposición tendrá una representación parlamentaria apretada (tomando en cuenta que Manfred tiene 13%). Pero, aun así, en la distribución de escaños en la fase de candidaturas (dentro del Combo de los Cuatro) se privilegiará a los candidatos de Comunidad Ciudadana de Mesa, luego a los de Unidad Nacional de Samuel, y también a los de Tuto, con lo que la candidatura del MNR estará relegada después de que éstos hayan satisfecho sus ambiciones partidarias. Después de todo, tanto Mesa como Samuel son nacidos en La Paz, y argumentarán que su fuerza está por encima de la del MNR. Otra vez, la perspectiva de tener un candidato del MNR en La Paz, en franja de seguridad, es sombría.
En Cochabamba, las cosas tampoco irán bien para el MNR dentro del Combo de los Cuatro. No hay que olvidar que esa es la plaza fuerte de Reyes Villa (44%), quien se fagocitará varios escaños que supuestamente irían a favor de la oposición. Con los escaños que queden, se repartirán entre Tuto (8 %, cochabambino de nacimiento), Samuel (4%), Mesa, Costas (quien en algún momento tuvo cierta fuerza con el exalcalde Leyes) y Camacho (1%, entre cuyos adeptos seguramente se encontrarán los de la Juventud Cochala, que fueron sus aliados naturales en el levantamiento popular de 2019), quedando fuera del margen de seguridad cualquier aspirante movimientista. Esa torta no alcanzará para los movis.
En Tarija, el Combo de los Cuatro tiene las siguientes cifras: Samuel (19%), Tuto (8%) y Camacho (6%). Manfred, que no es del Combo de los Cuatro, tiene 12%. Y Evo, masista, 10%. Se supondría que el MNR podría aportar más votos porque tiene a la alcaldía y su respaldo local. Seguramente, en este departamento el MNR podría ser concedido con algún escaño en franja de seguridad, si acaso.
Reyes Villa en Oruro (28%), Potosí (18%) y Chuquisaca (18%), les quita espacios considerables al Combo de los Cuatro. Ello achica la torta del Combo de los Cuatro, y coloca a los aspirantes movimientistas otra vez atrás, en la sala de espera.
En el Beni, Samuel (12%), Camacho (10%) y Tuto (6%) también arrinconarán en una negociación al MNR, que no puede probar, con cifras frías, poderío departamental. Una vez más, Reyes Villa quita espacios al Combo de los Cuatro, con 11%.
En Pando, el Combo de los Cuatro está así: Samuel (21%), Tuto (11%) y Camacho (4%). El MNR tampoco tendrá argumentos fríos para negociar un escaño en franja de seguridad.
Ese es el panorama nacional, si es que el MNR se entrega, a gracia de apoyar una “candidatura única” inexistente. Vale decir, en ese esquema, el MNR nada gana.
El MNR con candidatura propia: lo que el país necesita
El actual jefe nacional del MNR, Johnny Torres Terzo, así como el anterior jefe nacional, Luis Eduardo Siles, siempre han sido presa de la fobia de que el MNR pierda la sigla bajo su mando por presentar al partido con candidato movimientista. Por eso, jamás quisieron que existiera una candidatura propia, y prefirieron entregar la candidatura invitando a un no movimientista, Virginio Lema (quien obtuvo el 0,6% del voto en 2019, en elecciones que por suerte fueron anuladas por el fraude masista, que de no haber sido así, se perdía la sigla con ese candidato no movi). Y luego, en 2020, Tuto se retiró de la contienda cuando en las encuestas solo contaba con el 2% del apoyo popular, dejando al MNR mal parado, sin ni un solo diputado ni senador. Otra vez, el candidato no movimientista, prestado, no sirvió.
En esta coyuntura no podemos volver a arriesgar el destino del MNR con candidato no movimientista, prestado, o en una alianza en la que no obtendremos representación parlamentaria (como se analizó supra), y de la que su votación final puede ser un total fiasco.
El Combo de los Cuatro, ya está visto, tendrá un contendor serio en Reyes Villa, y parecería que también en Branko Marinkovic, este último especialmente en Santa Cruz. El discurso de que ese combo es de los viejos políticos y perdedores va pegando, porque, además, tiene bastante de cierto. En Samuel, Tuto y Mesa no hay novedad, y sí, varias derrotas, y hasta compromisos con el MAS (aprobación de la Constitución racista, apoyo en el juicio de La Haya, etc.). Camacho, que podría generar más apoyo, por su naturaleza de preso político y por haber derrotado a Evo en las calles, parece que no tiene la disponibilidad de ser el candidato de ese combo. Por lo tanto, las esperanzas de esta alianza están cifradas en unos candidatos que han sufrido un desgaste que, al parecer, por la naturaleza del mismo, será difícil de revertir.
En cambio, la novedad sí podría surgir del MNR. El partido cuenta con personalidades interesantes, capaces de atraer la esperanza del país. El MNR cuenta con profesionales de primera línea, capaces de plantear y debatir frente al país una propuesta novedosa. Y con personas que podrían conectar con el electorado, en este momento con sed de liderazgos nuevos, a la luz de la escasez de candidatos opositores de significancia. Con un liderazgo no regionalista, ni racista, sino que refleje la bolivianidad universal, mestiza, que no es el caso de Marinkovic ni de Camacho, ni de los candidatos del masismo, quienes no logran encajar en todo el país, sino solo con sus congéneres, el MNR tiene más que ofrecer.
Estoy seguro que existen compañeros que tienen un recorrido de vida, política y profesional, y de conducta absolutamente intachable, reñida con la corrupción, que podrían erigirse en candidatos del MNR, para que sea el Comando Nacional el que decida, finalmente, quién llevará el estandarte rosado en esta cruzada nacional.
Estoy absolutamente seguro de que los candidatos a las diputaciones y senadurías, siendo estos movimientistas, lucharán de día y de noche, incansablemente, sin rendirse jamás, hasta alcanzar el objetivo trazado, que es vencer en las elecciones de 2025. Los candidatos del MNR salvarán no solo al partido, sino también al país. Así, no solo lograremos una bancada movimientista en la Asamblea Legislativa Plurinacional, sino que podríamos atrevernos a lo que la cansina oposición del Combo de los Cuatro nunca pudo hacer, desde 2005: que Bolivia elija un presidente de la República no masista.
Solo así, Bolivia va a festejar, de verdad, este Bicentenario: eligiendo a un presidente del MNR.
Santa Cruz de la Sierra, enero de 2025.