jueves, enero 9, 2025
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Pérdida de defensas orgánicas del pueblo

Tradicionalmente, la salud pública de Bolivia era de alto nivel, debido a que había buena alimentación con productos nativos, lo que impedía que la población sea atacada por infecciones internas o externas. Esa inmunidad era resultado de que los habitantes del país en general tenían defensas orgánicas naturales. Sin embargo, esa condición fue disminuyendo a medida que la producción agropecuaria nacional se fue reduciendo y la población fue creciendo, así como sus necesidades. También aumentó la importación y el contrabando de productos alimenticios de otros países, actividades que, además, provocaron que la población no se alimente bien y pierda su blindaje natural contra los males del medio ambiente.

Tan buenas eran esas defensas orgánicas, que varios sectores sociales pudieron enfrentar épocas de graves dificultades, como hambrunas, epidemias, enfermedades comunes y otras raras. En otras palabras, cuando había alta producción de alimentos en el país, las poblaciones tenían buena salud. Inclusive en casos de guerra, las tropas tenían más capacidad física para marchar durante cientos de kilómetros hasta el campo de batalla, pues consumían alimentos verdaderamente nutritivos, libres de aditamentos artificiales.

Esos aspectos han desaparecido en el presente, con asombrosa velocidad y con efectos destructivos. La población hoy es víctima fácil de enfermedades tradicionales, en mayor proporción y queda expuesta a males poco comunes, hasta de carácter epidémico, como el cáncer, males digestivos, del corazón y otros.

Casi todas esas características son resultado de la mala alimentación actual, pues muchos de los alimentos que consumimos son procesados y de origen extranjero y tampoco se certifica su calidad. Como ejemplo, si tenemos pan blanco, no tiene la consistencia del pan del pasado y por ello ya no llena el estómago, no alimenta. Ahora se consume más harina blanca en alimentos diarios, como fideos de toda clase y que, además, son de origen foráneo.

Esos aspectos han determinado que muchos sectores sociales se debiliten, en especial ante males comunes y más ante los poco conocidos, como sucedió hace algunos años, cuando surgió el brote epidémico del Covid-19, que causó estragos por falta de vacunas y medicamentos efectivos. Y recientemente se ha informado que en Santa Cruz han aparecido afectados por el coronavirus, posiblemente debido a los factores señalados. Y puede convertirse en una epidemia si no son adoptadas nuevamente medidas de precaución establecidas, como el uso de barbijos y desinfectantes.

Se puede adelantar que enfermedades conocidas y otras de reciente aparición, como el Covid-19, no encuentran resistencia por la actual alimentación deficiente de los pobladores, propensos a adquirir alimentos procesados o de dudosa procedencia. Al mismo tiempo, el problema en parte también es efecto del derrumbe de la producción de alimentos en el país, debido a la política agraria del gobierno del MAS, que no intenta siquiera solucionar el problema de la tierra. Entre tanto, hospitales y clínicas se llenan con enfermos, donde no hay suficientes medicamentos ni personal sanitario. Al parecer las autoridades nacionales ven con indiferencia todo lo señalado.

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