Estados Unidos anunció nuevas sanciones radicales contra el sector energético de Rusia, incluyendo medidas contra 183 buques de la llamada «flota en la sombra», utilizada para el comercio opaco de petróleo ruso. Estas acciones buscan cumplir el compromiso del G7 de reducir los ingresos de Rusia provenientes de la energía, clave en la financiación de la guerra contra Ucrania. Además, se sancionaron a gigantes petroleros como Gazprom Neft y Surgutneftegas, junto con sus filiales, bloqueando su acceso a servicios y mercados estadounidenses relacionados con el petróleo.
El impacto no se hizo esperar en los mercados energéticos, con el precio del Brent subiendo un 5% y superando los 80 dólares por barril, su nivel más alto desde octubre. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, aseguró que estas medidas tienen como objetivo debilitar significativamente la capacidad de Rusia para sostener su «guerra brutal e ilegal». Las sanciones incluyen restricciones a seguros marítimos y la prohibición de servicios petroleros estadounidenses en territorio ruso, endureciendo el cerco financiero y operativo contra Moscú.