La administración de Joe Biden ha anunciado planes para imponer nuevas y duras restricciones a la exportación de chips informáticos avanzados y tecnologías de inteligencia artificial (IA) a docenas de países. Según funcionarios, el objetivo es garantizar que «la inteligencia artificial del mundo funcione sobre rieles estadounidenses» y mantenerla fuera de las manos de «actores maliciosos» que podrían usarla para amenazar a Estados Unidos. Las nuevas reglas establecen límites para las exportaciones de cierta tecnología a la mayoría de los países del mundo y requieren que las empresas estadounidenses obtengan autorización para vender allí. Sin embargo, 18 aliados y socios, incluido el Reino Unido, están exentos de las restricciones.
Las nuevas restricciones han generado críticas de empresas tecnológicas estadounidenses, que argumentan que solo ayudarán a sus competidores. El fabricante de chips Nvidia afirmó que las restricciones no «mitigarían ninguna amenaza» sino que «debilitarían la competitividad global de Estados Unidos» y socavarían su innovación. La Fundación para la Innovación y la Tecnología de la Información también criticó la medida, argumentando que una estrategia centrada en la competencia sería más efectiva que la «contención». Las nuevas reglas enfrentan un período de comentarios de 120 días antes de entrar en vigencia.