El 12 de enero de 2010 aflora en la piel de miles de haitianos, cuando se cumplen 15 años de uno de los terremotos más devastadores de la historia reciente. Alson Dorelus, un superviviente que quedó mutilado tras el sismo, lamenta la muerte de tres de sus hermanos en la casa familiar: “recuerdo cuando empecé a sentir los temblores. Estaba con mis hermanos y empecé a correr para salir. Mientras corría afuera, mi pie derecho se atascó debajo de una puerta de hierro y me quedé bajo los escombros desde las cuatro hasta las nueve en punto”.
Más de 200.000 personas murieron tras el temblor. Puerto Príncipe “desapareció” en cuestión de segundos envuelta en humo. Más de un millón de construcciones se desplomaron. El terremoto tuvo su epicentro a 15 kilómetros de la capital y alcanzó 7,2 grados en la escala Richter.
Haití, un país con 11,5 millones de habitantes, ya era pobre antes del terremoto y no dejó de serlo. Consta oficialmente como el país más pobre de América. Su situación económica se deterioró notablemente durante los últimos años, según el último informe del Ministerio de Exteriores de España. La inestabilidad política e institucional, la ausencia de reformas económicas y de un marco presupuestario y el incremento de la inseguridad son causas que profundizaron problemas ya existentes, como el déficit de las finanzas públicas, la elevada inflación o la ausencia de infraestructuras.
El deterioro de la situación de seguridad, en particular a partir de mediados de 2020, ha supuesto un enorme lastre al desempeño económico del país. Las bandas armadas controlan grandes territorios en la capital, incluyendo los principales barrios populares, también las principales rutas de comunicación y el acceso a los puertos.
CARENCIAS MATERIALES
Y ASISTENCIALES
Los problemas estructurales que arrastra el país se agudizan periódicamente con sucesivas embestidas naturales. Aun sin recuperarse del terremoto de 2010, otro grave seísmo castigó a Haití en el año 2021, dejando más de 2.200 fallecidos. (RTVe.es)