El Kremlin denunció un nuevo intento de sabotaje por parte de Ucrania contra la estación compresora Russkaya, esencial para el funcionamiento del gasoducto TurkStream, que conecta Rusia con Turquía y países del sur de Europa. Según el Ministerio de Defensa ruso, el ataque nocturno involucró nueve drones kamikaze, de los cuales uno causó daños menores en un contador de gas, ya reparados por el personal técnico.
Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, calificó el incidente como un acto de “terrorismo energético” por parte de Kiev, destacando que esta acción se suma a una serie de intentos previos de sabotaje contra el gasoducto, en operación desde 2020. El TurkStream es una infraestructura clave para el suministro de gas a Turquía, Hungría, Serbia, y otros países europeos, transportando anualmente 31.500 millones de metros cúbicos de gas natural.