Antes de que la economía boliviana sea sostenida por las exportaciones de gas, el Producto Interno Bruto (PIB) estaba formado hasta el 50 por ciento por la minería, industrias, agricultura, turismo, etc. El país vivía con las divisas provenientes de las exportaciones de materias primas y otras actividades. Pero esa relación se alteró sustancialmente, con la exportación de gas a países vecinos, llegando esa actividad extractivista a ocupar hasta aproximadamente el 90 por ciento de la producción interna del país.
Empero, no solamente la venta de gas produjo una subida abrupta del ingreso de divisas, sino, por otro lado, las producciones de otros sectores de la economía nacional empezaron a caer paulatinamente. Por ende, la relación entre exportación gasífera y producción interna de otros rubros económicos, fue alterada profundamente.
En esa forma, las características de la economía boliviana cambiaron totalmente en pocos años (en especial a partir del año 2006) con tendencia a crecer por esos nuevos datos estadísticos. En efecto, esa nueva producción interna basada en el gas no solo afectó la condición económica de Bolivia, sino su condición política, y de carácter nacional empezó a pasar a la condición colonial, mientras, por otro lado, se pasaba de la naciente economía democrática al neocolonialismo (a título de “movimiento al socialismo”).
Una de las causas básicas de esa alteración socio-económica fue de corto plazo, tiene que ver con el derrumbe de la economía agrícola, hasta representar el dos por ciento del crecimiento del PIB. Entonces empezó producirse una crisis en forma sostenida. Bajó la producción, subieron los precios, empezó la inflación y otros fenómenos económicos. Esa fue la causa directa de la caída de la producción agrícola. Debido a la legislación del partido de gobierno, el MAS, que resultó desfavorable para el sector campesino, particularmente al no reconocer su propiedad sobre la tierra y, por lo tanto, dificultar su acceso a créditos bancarios. Como resultado, muchas parcelas han sido abandonadas y agricultores emigraron a las ciudades o a países vecinos en busca de mejores condiciones de vida. Por ello el país ingresó a un estado de crisis económica y política general. Con esa actitud, el masismo estaba cavando su propia tumba.
Ahora bien, la crisis agraria provocada por el gobierno de casi 14 años de Evo Morales, ha hecho estallar la inflación. Entonces, vino lo notable. El actual gobierno –de la misma tendencia que el régimen de Morales, autor de la inflación–, decidió atacar la escasez de alimentos con medidas de presión, amenazando con prisión, decomisos de productos y otras, con el argumento de que la especulación y el contrabando están afectando al consumidor.
Como se ve, los autores del mal lo que hacen es agravar la obra de su propia creación y echan a otros la culpa por los graves problemas actuales. En todo caso, el gobierno masista, si fuera sincero, revisaría su nefasta política agraria, que lo está conduciendo no se sabe a cuál destino.
Causas de la crisis y falta de alimentos
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