miércoles, marzo 12, 2025
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Gestión por resultados

Luis Alberto Callapino López

La gestión por resultados o Gestión Basada en Resultados (GBR) surge en la década de los 50 del siglo pasado, resultado de la publicación del libro: The Practice of Managemenf (La Práctica de la Gestión) de autoría del austriaco Peter Drucker, considerado el padre de la gestión moderna.
A partir de ese hecho histórico, la gestión por resultados es un enfoque utilizado y promovido por la Organización de Naciones Unidas, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Organización Internacional del Trabajo, Banco Mundial, entre otros, para la planeación y gestión de programas y proyectos.
En consecuencia, la gestión por resultados data de hace más de medio siglo; empero, implementada actualmente como política educativa en países de Latinoamérica y el mundo; en razón, a las bases de un enfoque integrado a la planificación, supervisión (seguimiento) y evaluación de proyectos y programas, para contribuir al logro de los resultados deseados en el espacio educativo.
En ese marco, la idea fuerza de la gestión por resultados; es generar una planificación de programas y proyectos con enfoque participativo, centrados en el desempeño y logro de resultados e impacto social.
En ese orden, a juicio de Olman Bolaños Ortiz (coordinador de grado y posgrado en Administración Educativa de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica) es imperante tomar premisas de partida para la implementación del enfoque de la gestión por resultados en el espacio educativo; circunscritas, en generar una cultura de aprendizaje y rendición de cuentas con foco expresada en resultados, definir y establecer de forma clara lo que se quiere lograr, determinar los medios idóneos, considerar particularidades en la organización y los perfiles profesionales.
Por otra parte, Bolaños resalta que la gestión por resultados también es un enfoque participativo; debido a que focaliza el desempeño para la obtención de resultados, fortalece la gestión en los distintos niveles del sistema educativo, maximiza la eficacia y eficiencia para la consecución de objetivos y la mejora continua de las instituciones educativas, a fin de lograr los cambios sociales y políticos requeridos como acción medular.
En consecuencia, pensar en la gestión por resultados implica: direccionar las prácticas educativas a los efectos e impacto, trabajo colaborativo y participativo de distintos actores, sectores y niveles; transparencia en los procesos y la planificación, adaptación a realidades y contextos complejos, aprendizaje permanente derivado de los datos e información, para la toma de decisiones (repensar desde el nivel de acción).
La gestión por resultados, como política educativa, se circunscribe en el proceso educativo centrada en los estudiantes, basada en los derechos humanos, ciudadanía planetaria, ciudadanía digital con equidad social, evaluación transformadora para la toma de decisiones y resultados medibles.
En esa dirección, su implementación debe ser sistemática; estableciendo recursos humanos, financieros, logísticos y tecnológicos; priorizando actividades y acciones curriculares de formación, evaluación, seguimiento, entre otros, que respondan a las interrogantes: ¿Con qué contamos?, ¿Qué hacemos?, ¿Qué vamos hacer? y ¿A qué aspiramos?
Por tanto, la implementación de la gestión por resultados en el espacio educativo, posibilita mejorar la calidad desde la planificación, seguimiento y evaluación de proyectos; estableciendo mecanismos accesibles y transparentes para la presentación de informes e impulsar un ambiente de trabajo colaborativo, participativo y constructivo entre los actores educativos de los niveles y áreas de acción.

El autor es Magister en Políticas de Formación Docente.

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