martes, enero 21, 2025
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Carta al Órgano Electoral Plurinacional

Jhonny Vargas

Hay que someter a una demoledora critica los planteamientos emitidos por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) en cuanto a los criterios y acuerdos alcanzados para garantizar las elecciones presidenciales 2025, algo están tramando, algo están cocinando. El OEP, debe llevar a buen término el proceso electoral, debe remontar este periodo difícil de desconfianza de parte de toda la población, pero nada hace para que volvamos a confiar en la institucionalidad que administra los procesos electorales en Bolivia. No se esfuerza para limpiar su imagen manchada con la experiencia vivida en 2019. Una cosa es que el señor Hassenteufel, reconozca de palabra las falencias de la institución electoral y otra cosa es la acción institucional que es nefasta.

Señores del OE, si este órgano de poder, disimula y encubre la intromisión del poder político en sus decisiones, está cometiendo un error. Este órgano del Estado en vez de impulsar la energía democrática de los bolivianos, desmoraliza con sus acciones y decisiones la vida y la poca conciencia democrática que queda en nuestra memoria colectiva. Basta de arbitrariedad y chantaje político de parte del vocal Tahuichi y los demás vocales del TSE. Todos ellos suman un mar de cuestionamientos sobre sus actuaciones antidemocráticas y políticas. Los bolivianos no podemos esperar otra actitud de esos vocales que defienden la injusticia y la presión política. Ellos defienden la Democracia pactada, que no ha podido cambiar las profundas diferencias económicas, pues lejos de atenuarse se acentúan y agudizan cada vez más.

Ahora se habla mucho de la situación del Órgano Electoral Plurinacional, mientras que antes ni se lo mencionaba, lo cual prueba que la situación de este órgano del Estado ha empeorado. Hay que eliminar las causas que han llevado a la institución electoral al desprestigio y desconfianza actuales, que no le permiten elevarse ni reponerse, por más buena publicidad y propaganda que pueda comprar en los medios de comunicación y redes sociales. Seguramente en estas elecciones escucharemos de los vocales y del presidente del TSE declaraciones que ensuciarán constantemente la palabra democracia y transparencia. Es bueno, señores del OEP, la autocrítica, para una comprensión solida de su participación en estas elecciones. Es indispensable la libertad de crítica. Como no hacen bien las cosas y no hay certidumbre en su trabajo, todos somos veedores y responsables de la fiesta democrática. Mucha gente, muy poco preparada, incluso sin preparación alguna, se ha adherido a la institución electoral. Además, existen otras tendencias que amenazan con desviar el proceso electoral 2025.

El fantasma del fraude amenaza los pasillos de la institución electoral, ya tienen en la espalda malos antecedentes en diferentes procesos electorales, como las judiciales y el mega fraude electoral de 2019. Este 2025 vendrá una dura prueba que demandará de todos los miembros del OEP, mucho valor, mayor decisión y energía. No sé si se encuentran preparados para semejante tarea, para demostrar independencia institucional en todo momento. El destino de esa institución se encuentra en sus propias manos. Eso sí, el pueblo no aceptará más equivocaciones y malas intenciones.

Es tarea del OEP, llevar una conciencia democrática de la situación que atraviesa el país y de su misión histórica. Todo lo que no promete resultados tangibles es un simple gesto, si no se resuelve de una vez por todas el problema del padrón electoral y todas las inconsistencias señaladas por diferentes organismos internacionales sobre el proceso electoral en Bolivia. La falsa oposición en Bolivia realmente está pateando oxígeno y haciendo el ridículo.

El régimen del MAS, que controla el OEP, hace creer que esta institución es transparente y limpia, cuando en realidad es todo lo contrario. Órgano Electoral Plurinacional, basta de tratar al pueblo boliviano elector como a niños, a los que puede alimentar solo con papilla política, propaganda, denuncias y manipulación política. Todo el pueblo boliviano conoce sus malas mañas, filtros y demás fraude electrónico. El pueblo boliviano quiere conocer a detalle todos los aspectos de la administración electoral y tomar parte activa en todos y cada uno de los procedimientos electorales.

Ustedes nos dicen que tienen buenas intenciones para llevar adelante y administrar las próximas elecciones, pero les diré: “De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno”. Señor Hassenteufel, las buenas intenciones no bastan para salvar al pueblo boliviano del fraude y la dictadura. Le anticipo un infierno electoral.  Sí, estoy pronosticando un año de incertidumbre e inestabilidad electoral. La democracia en Bolivia está a punto de ser destruida, es muy frágil, se está agrietando en las urnas electorales. Lo que se viene es el infierno electoral, a donde nos ha llevado el régimen del MAS y los partidos políticos, cómplices de este sistema fraudulento.

Reflexionen, estimados lectores, sobre el origen de nuestras discrepancias sobre el sistema electoral y el sistema de partidos políticos. Siempre acabamos sin comprendernos, acaso hablamos lenguas diferentes, acaso vivimos en territorios diferentes; el mensaje que les doy es muy claro. No hay certidumbre en cuanto a los resultados finales que pueda emitir el OEP, en las próximas elecciones. Este brazo ejecutor del régimen no garantiza los principios de certeza, legalidad, transparencia y confianza en cuanto a su labor. No hemos visto la democracia, sino la hipocresía y la complicidad de unos cuantos. La democracia es pueblo, no es el poder político de unos cuantos, que no quieren soltar el poder y si lo hacen pactarán con el más nefasto.

 

Jhonny Vargas es Politólogo y docente de Postgrado.

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