La crisis económica por la que atraviesa el país no da pausa y el Gobierno se desespera por la aprobación de créditos, debido a que los necesita para la importación de combustibles y cumplir con sus obligaciones externas. Fitch Ratings bajó la calificación de riesgo a Bolivia de “CCC” a “CCC-”.
Entretanto, el expresidente Evo Morales y el presidente Luis Arce se acusan mutuamente sobre la situación económica del país. Arce hundió la economía, dijo la exautoridad, pero el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, salió al paso, al indicar que el exgobernante es más responsable.
La rebaja de la calificación de Bolivia a “CCC-” refleja la opinión de Fitch de que, si bien un evento de incumplimiento aún no parece probable, el margen de seguridad continúa erosionándose como resultado de la disminución de la disponibilidad de divisas y la ausencia de medidas correctivas de política económica y fiscal, de acuerdo con la publicación de la empresa.
La escasez de combustible, los bloqueos de carreteras y el malestar social han perturbado la actividad económica en 2024, señala parte del análisis de la calificadora y añade que el financiamiento monetario de amplios déficits fiscales plantea riesgos crecientes para la estabilidad macroeconómica, ya que la inflación previamente baja ha comenzado a acelerarse, advierte.
“Las tensiones políticas se han intensificado en el período previo a las elecciones de agosto de 2025 y las divisiones políticas en curso han impedido la aprobación de nuevos financiamientos multilaterales. El servicio de la deuda comercial externa es bajo en 2025, pero aumentan los riesgos de amortizaciones de bonos a partir de marzo de 2026”, alerta.
Fitch advirtió que, con los desafíos económicos que enfrenta Bolivia, el próximo gobierno herede la necesidad de realizar un ajuste.
Al igual que los organismos internacionales, la calificadora señala que el crecimiento económico del país es limitado debido a la irregular provisión de combustibles y dólares, así como por el impacto de los conflictos sociales.
Asimismo, revela la baja liquidez externa con las que cuenta el país y detalla que las reservas internacionales a fines de diciembre de 2024 totalizaron 1,98 mil millones de dólares, de los cuales el oro lidera la cifra, los Derechos Especiales de Giro (DEGs) llegan a 6,4 millones y solo 47 millones en reservas de moneda dura.
“El Banco Central de Bolivia (BCB) ha recurrido a compras de oro local, adquiriendo 14,5 toneladas en 2024 (por un valor aproximado de 1.200 millones de dólares), que luego ha refinado en el extranjero y liquidado, para cumplir con el servicio de la deuda externa y los pagos de importaciones”, indica.
Las medidas “ad hoc” adicionales para apuntalar las reservas, como un programa de emisión de bonos en dólares del Banco Central, han tenido una aceptación limitada, reflexiona.
Sostiene que persisten las presiones sobre la balanza de pagos: las exportaciones totales cayeron un 19% interanual hasta noviembre, ya que la producción de gas ha seguido cayendo. “A partir de octubre, Bolivia dejó de exportar gas a su vecina Argentina. Las importaciones también han experimentado una compresión significativa, pero en menor grado (16%). Esto ha contribuido a una reversión de la balanza comercial de un ligero superávit de 262 millones de dólares en 2023 a un déficit de 593 millones hasta noviembre de 2024”.
Fitch espera que el déficit de cuenta corriente se amplíe al 3,5% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2024, superior a lo registrado en 2023, de 2,7%.
Los reembolsos soberanos a los multilaterales han superado los nuevos desembolsos, que han sido bloqueados por el Congreso, aunque una inversión a través del fondo público de pensiones aportó 200 millones de dólares, como resultado de una transacción de recompra que el fondo realizó con sus tenencias de eurobonos soberanos. Bolivia se mantuvo al día con sus pagos, señala la calificadora.
Fitch Ratings nos acaba de bajar la calificación de riesgo una vez más. Pasamos de “CCC” a “CCC-”. Ninguna sorpresa, lo sabemos todos perfectamente bien: el MAS nos está dejando un país completamente destrozado, según el analista económico Antonio Saravia, publicado en su cuenta @tufisaravia.
En tanto, el consultor financiero Jaime Dunn escribió en su cuenta @JaimeDunn_: “Fitch rebaja calificación de riesgo de Bolivia a CCC- que significa. Casi nos caemos”.
Para el analista económico Gonzalo Chávez, la nueva calificación de Bolivia, otorgada por la Fitch Ratings, obedece a la caída de las reservas de divisas, a la balanza de pagos negativa, al déficit del sector público por el excesivo gasto, al incremento de la deuda pública de más de 77% y a la inflación de casi 10%.
La calificación repercute en los préstamos internacionales, que se vuelven caros y frena el financiamiento por la incertidumbre que genera; los consumidores e inversores se dan una pausa, lo que provoca una desaceleración de la economía, que provocará menos empleo y un caída de la calidad de vida de los bolivianos, según Chávez.
Rechazo
Mientras el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas rechaza la evaluación de la calificadora sobre las presiones de liquidez externa, porque la misma no considera que las Reservas Internacionales Netas (RIN) se están estabilizando y la economía de Bolivia ha logrado crecimiento positivo.
Esa cartera de Estado discrepa con las apreciaciones de Fitch Ratings y rechaza la calificación otorgada de “CCC” a “CCC-”, debido a que realiza un análisis limitado y reduccionista. Centrar la evaluación de la economía boliviana únicamente en los niveles de Reservas Internacionales Netas omite la complejidad de un sistema económico dinámico.
La economía de un país no puede ser valorada adecuadamente sin considerar de manera integral indicadores clave como el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), el desempeño del sistema financiero, la inversión, el cumplimiento de la deuda externa, el empleo, la pobreza, entre otras variables.
Bolivia ha demostrado resultados sólidos, prueba de ello es que, a pesar de las adversidades, la economía boliviana creció un 3,1% en 2023 y un 2,6% al segundo trimestre de 2024. Además, alcanzó una tasa de desempleo históricamente baja del 3,4% a junio de 2024.