Para alguna gente que se apartó del tronco matriz del partido oficialista habría una dictadura gubernamental en Bolivia. Una persecución política con la consiguiente conculcación de la libertad. Posibles hechos de corrupción. Por el afán de perpetuarse en el ejecutivo. La tendencia a derechizar el instrumento político de los movimientos sociales. Posiblemente esa gente respira por la herida por cuanto fue echada de las altas esferas de la administración pública. Hasta hace poco era parte activa del esquema actual. Porque uno de sus prominentes economistas ocupaba la Presidencia. Socialistas hasta los “tuétanos”. Ahora ya no tienen poder. Están en el llano. Pero con la diferencia de que se enriquecieron en los gobiernos de turno desde el 2006 y son responsables, por lo tanto, de la situación económica adversa actual. De la desaparición del dólar, de la escasez del diésel y del elevado costo de la canasta familiar. Nadie pretenda lavarse las manos ante las próximas elecciones generales. Nadie tiene la conciencia tranquila, por los excesos y desaciertos.
La experiencia adquirida en el pasado les inspiró a sustentar tales argumentos. Desconocieron en la gestión gubernamental que les tocó administrar, el principio de la libertad y encarcelaron a quienes reiteraron su postura democrática. Emulando a los regímenes totalitarios de la región. Ellos entonces poseían la vara alta y podían definir la suerte de sus adversarios. Y que no vengan con el cuento “de que yo no sabía”. El propósito fue silenciarlos, a fin de evitar los cuestionamientos. De lograr la vía expedita para imponer el modelo político de contenido socialista, que es antítesis de la libre empresa. Por ese cometido manipularon inclusive a ciertos operadores de la justicia. Compraron conciencias de algunos dirigentes sociales, cuyas bases tienen ahora la canasta familiar casi vacía, por el elevado costo.
Pisotearon la voluntad del soberano con un escandaloso fraude electoral. Hecho cuestionado por organismos internacionales. El objetivo fue eternizarse en el gobierno a como dé lugar. Posiblemente cometieron ese despropósito con el asesoramiento de los dictadores latinoamericanos que sometieron a ración de pan y agua a sus pueblos. Es que hicieron migas con ellos, inspirados en el proyecto del socialismo Siglo XXI. En particular con el autócrata chavista que reprime brutalmente a su pueblo, para perpetuarse en el gobierno.
De ahí que el chavismo en el Poder genera suspicacia no sólo en la región sino en el mundo. En el país también. Por su connotación dictatorial que vulnera los derechos humanos y la praxis democrática. Sus tentáculos son capaces de someter ideológica y económicamente a los pueblos débiles y con escasos ingresos. Entretanto, el chavismo se mantenga en el gobierno, tanto más es probable la injerencia en asuntos internos de naciones latinoamericanas. La susceptibilidad se ratifica a raíz de que algunos gobiernos reiteraron su afinidad ideológica con aquél.
En suma: los demócratas del continente jamás se aliarán con quienes asumieron actitudes totalitarias.
Dictadura gubernamental
Severo Cruz Selaez
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