Go Can, “Vamos Can” o los apócopes de los apellidos de los dos socios y esposos veterinarios Gonzales-Canaza conforman el denominativo del Centro Integral Veterinario que se halla en la 31 de Calacoto, donde, en un día de mucho movimiento, se suele atender hasta 120 pacientes, entre perros y gatos que llegan con distintas dolencias y hasta con emergencias, tal como sucede con los humanos.
Antes, muchos dueños de perritos o gatitos enfermos acudían a la veterinaria para pedir que se “haga dormir” al animal, ahora todo ha cambiado, los “padres” de los pacientes piden que se les cure y eso hacemos con mucha dedicación, conocimiento y empatía, dijo a eco$com, Elmer Gonzales, un profesional de 33 años, que hace 5 años atrás abrió una veterinaria con sólo tres ambientes, lo que ahora es un centro de atención de 150 metros cuadrados donde canes, gatos y conejos acuden con diferentes afecciones, entre las más comunes, las infecciones esterilizaciones y atención de emergencias.
El emprendimiento comenzó con la atención a 5 a 7 animales por día a cargo de la pareja y ahora supera el centenar, también el número de profesionales creció a 10 médicos, 4 administrativos, 4 pasantes de la UMSA, la UPEA y la Universidad Loyola, y 4 tesistas. La atención es de 24 horas al día en diferentes especialidades como traumatología, cirujía, anestesiología, fisioterapia, entre otros, con equipos sofisticados que van desde los rayos x hasta ecografías complejas.
Una consulta cuesta Bs 80, una esterilización vale Bs 350 y las operaciones más complejas, como roturas de ligamentos en las patas o deformidades que impiden el caminar pueden llegar a los Bs 7.000.
En La Paz, hay varias veterinarias y clínicas para animales; pero la mayoría tienen poco flujo de pacientes, lo que no ocurre con Go Can. Esto se debe a que se tiene empatía con los pacientes, respeto a “los padres” y los médicos tienen constantes capacitaciones en el exterior del país porque en Bolivia no existen esas oportunidades, reveló Gonzales, quien estudió veterinaria en la Universidad Católica Boliviana, en Rosespampa, Yungas de La Paz.
Si se ejerce con vocación, todo va bien, la veterinaria puede ser una carrera lucrativa porque no sólo se atienden animales menores (perros, gatos y conejos), sino que se puede lograr especializaciones en animales mayores como vacas, caballos o animales de granja como gallinas ponedoras, dijo el veterinario que tiene como proyecto próximo el mejorar la tecnología de atención con nuevos equipos y como sueño, convertir su espacio en una clínica veterinaria y un centro de capacitación de posgrado para sus colegas.