Nueva gestión educativa sin cambios esperados

Falta poco para el comienzo de una nueva gestión escolar, pero muchos de los problemas descritos por especialistas en el tema, no han sido resueltos, a pesar de que en nuestro país hubo un periodo de bonanza económica por la venta de gas y otras materias primas. Esa gran cantidad de dinero, durante gobiernos del MAS, no ha sido utilizada para tratar, en general, de mejorar la calidad de nuestra educación.
Hoy, por esa falta de previsión, para empezar, no se puede asegurar que la infraestructura de todas las unidades educativas está apta para recibir en buenas condiciones a los estudiantes. Tampoco se espera que la mayoría de ellos tenga mayor acceso a recursos tecnológicos, como computadoras, cursos de capacitación, internet y otros. Como consecuencia, muchos padres de familia, preocupados por brindar a sus hijos la mejor educación que se pueda, hacen filas en las puertas de colegios tradicionales y de prestigio, sean públicos o privados, para inscribirlos.
Sin embargo, lo más preocupante es que la calidad educativa sigue retrasada, lo que el gobierno de turno trata de ocultar al no dar curso a pruebas de evaluación de reconocimiento internacional. Inclusive los exámenes de ingreso a universidades muestran preocupantes deficiencias por falta de óptima preparación de los estudiantes. Por ello hay gran distancia entre quienes tienen mejores condiciones económicas para ingresar a entidades educativas privadas, dentro y fuera del país, mientras que el resto del estudiantado ve limitadas sus posibilidades de capacitación e ingresar con éxito al mercado laboral.
En cuanto al docentado, en otros países se trata de que personas con vocación y talentosas asuman la noble misión de enseñar. Claro que, también reciben una justa remuneración, porque en sus manos queda preparar capital humano, tan importante para el futuro de cada nación.
Es decir que para mejor la calidad educativa es indispensable invertir en infraestructura y recursos educativos, capacitar a los maestros y establecer contenidos exentos de demagogia y politiquería. Pero en nuestro país, por el contrario, se ha procedido a actualizar la currícula educativa con materias discutibles o por imponer la ideología socialista. Y ante reclamos desde la opinión pública, las autoridades del sector ocasionalmente hacen anuncios sobre creación de ítems, cambios parciales y hasta congresos de educación, a los cuales en los últimos años asisten, con preferencia, sectores afines al oficialismo.
Sin duda, el tema de la educación en nuestro país amerita intensos debates entre instituciones académicas y posiblemente con asesoramiento externo, pero al gobierno, al parecer, le interesa que la situación siga como está, en perjuicio de nuevas generaciones, ávidas de conocimientos de validez universal.