Respecto al acuerdo de unidad de la oposición

El pacto opositor firmado por Jorge “Tuto” Quiroga, Luis Fernando Camacho, Samuel Doria Medina y Carlos Mesa (el Joe Biden boliviano), es un acuerdo realizado entre componentes heterogéneos; tenemos “un poco de todo”. Por un lado, está la socialdemocracia representada por Carlos Mesa y Samuel Doria Medina; por otro, una derecha liberal con Jorge “Tuto” Quiroga y una derecha más conservadora con Luis Fernando Camacho (es apropiado decir que CREEMOS y el gobernador no tienen una doctrina ni ideología definida).
Respecto a los líderes y agrupaciones que componen este acuerdo, hay muchas cosas que decir. Comunidad Ciudadana y Carlos Mesa me parecen igual de nefastos que el MAS y han probado una y otra vez su incapacidad, por lo que, al menos yo, no los tendría en cuenta para un acuerdo de unidad. Son cadáveres políticos que ya están de salida. Samuel tampoco es “santo de mi devoción” y su simpatía con la izquierda (como Mesa) es evidente; no por nada es el vicepresidente de la Internacional Socialista y ha podido convivir con el MAS tranquilamente. Respecto a Luis Fernando Camacho, es alguien por quien guardo gran respeto y que, sin dudas, es un gran aporte para el pacto de unidad. Lo único que le reprocho es la falta de dirección y doctrina de su movimiento. Empero, él, a diferencia de Mesa y Samuel, es alguien que aportará positivamente al acuerdo de unidad.
“Tuto” es para mí el mejor de los cuatro y también el mejor opositor en la actualidad. Es uno de los pocos políticos que cumple con los requisitos necesarios que debe tener un “hombre de Estado”, además de que tiene un plan elaborado para combatir la crisis. En todas las contiendas electorales, siempre se ha mostrado como el candidato más técnico y preparado. Por si fuera poco, es el único de los cuatro que tiene relaciones internacionales fuertes con jefes, exjefes de estado y otras personalidades; es un hombre respetado en el exterior. No le mentiré al lector, mi preferencia por “Tuto” respecto a los otros opositores es fuerte, sin embargo, sus últimas acciones me decepcionaron.
Primero selló un pacto con el FRI, un partido de extrema izquierda que fue factor decisivo en el fracaso rotundo de Comunidad Ciudadana (CC). Una acción inexplicable para alguien que es de derecha liberal y en un contexto en el que por fin la gente entiende que la izquierda es un peligro para el crecimiento y seguridad de un país. Es algo incomprensible, pero lo justificó bajo la premisa de que se estaba dejando a Mesa y sus legisladores incapaces afuera del tablero político. Sin el FRI, CC deja de existir y el poder de negociación de estos socialdemócratas funcionales sería nulo. Después de todo, parecía ser una “buena jugada política” para deshacerse de una parte de la oposición incapaz. Sin embargo, al día siguiente de lanzar su candidatura, “Tuto” apareció con Samuel, Mesa y un representante de Camacho firmando el acuerdo de unidad, devolviéndole poder de negociación a Mesa y su gente, y dándoles espacio para hacer política. Por lo tanto, la “buena jugada” de nada sirvió. Estas acciones me decepcionaron mucho, pero aún pienso que es el opositor más preparado y que deberá mostrar todas sus cualidades para ser el candidato escogido del bloque de unidad.
Este acuerdo será bueno siempre y cuando el candidato que se imponga tenga la libertad de escoger su proyecto y su gente. Es decir, que lo dejen candidatear con su proyecto y no tenga que mezclar su plan de gobierno o repartir puestos políticos con los otros candidatos y su respectiva gente. Estamos hablando de un acuerdo heterogéneo; si estos cuatro candidatos y los que se sumen logran hacer una gran fusión y crear un plan de gobierno con base en los diferentes puntos de vista, nos llevará al fracaso. No todos tienen la misma visión de país. Ese es el problema de unirse bajo la premisa de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” y no en función de principios y directrices comunes.