Las intervenciones quirúrgicas en el cerebro suelen ser extremadamente complejas, pero los avances en robótica nos brindan cada vez más herramientas que permiten realizarlas de manera más segura y con menos riesgos. La startup Robeauté ha logrado un avance significativo al desarrollar un robot de tamaño reducido que actúa como una herramienta mínimamente invasiva, capaz de llevar a cabo múltiples tareas que antes requerían cirugías cerebrales complicadas.
Este innovador robot puede ser introducido en el cerebro y seguir el trayecto indicado por el neurocirujano, permitiendo realizar diversas funciones, como recoger muestras de tejido para biopsias, administrar medicamentos en áreas específicas del cerebro en dosis controladas e incluso implantar electrodos para tratar enfermedades como el Parkinson.
La historia detrás de este proyecto es profundamente personal. Uno de los cofundadores de Robeauté se vio motivado por el diagnóstico de un tumor cerebral inoperable en su madre, lo que llevó al equipo a cambiar su enfoque de diseñar robots para trabajos medioambientales extremos a crear este «mini robot cirujano». Bertrand Duplat, otro de los fundadores, también mencionó la frustración que sienten muchos neurocirujanos con las limitaciones de las cirugías actuales, que a menudo no pueden acceder a áreas críticas del cerebro debido a su naturaleza invasiva, lo que podría causar daños irreparables.
Hasta ahora, este robot ha superado exitosamente dos fases de pruebas importantes, realizadas con cadáveres de animales y humanos. Su próximo gran desafío está programado para 2026, cuando podría llevar a cabo su primera prueba en pacientes vivos, siempre y cuando reciba la aprobación de la FDA en Estados Unidos.
La respuesta de los neurocirujanos a nivel mundial ha sido abrumadoramente positiva, según los fundadores de Robeauté, quienes reconocen la necesidad y el valor de una herramienta como esta. Aunque aún quedan años y obstáculos por superar antes de que este robot pueda ser utilizado ampliamente en cirugías cerebrales, no cabe duda de que podría convertirse en un aliado poderoso para los médicos y mejorar nuestras posibilidades en la lucha contra enfermedades con alta mortalidad.