Un informe preliminar de la Administración Federal de Aviación (FAA) reveló que la torre de control del Aeropuerto Internacional Ronald Reagan operaba con personal insuficiente en el momento de la colisión entre un avión comercial y un helicóptero militar, lo que pudo haber afectado la gestión del tráfico aéreo. El accidente ocurrió el miércoles por la noche, cuando un Bombardier CRJ-701 operado por PSA Airlines como American Airlines 5342 chocó con un helicóptero UH-60 Blackhawk del Ejército de Estados Unidos en un área de alto tráfico aéreo, a unos cinco kilómetros de la Casa Blanca y el Capitolio.
El presidente Donald Trump confirmó que no hubo sobrevivientes y solicitó un minuto de silencio por las víctimas. Hasta el momento, las autoridades han recuperado 30 cuerpos de las 67 víctimas, incluidos los tres militares que viajaban en el helicóptero. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) lidera la investigación del siniestro, que ha generado una gran conmoción en la comunidad aérea y ha planteado preguntas sobre la seguridad del tráfico aéreo en la región.