Suelo apoyarme en la definición de determinadas palabras, las cuales me orientan. Hoy veamos las acepciones del término amo(a): “Persona que tiene a otras personas trabajando a su servicio o bajo su autoridad o dominio”. “Dueño o propietario de algo, en especial de un animal doméstico o amaestrado”. Pero encuentro la siguiente ampliación: “El trabajo del ama/o de casa puede definirse como el conjunto de labores exclusivamente domésticas que realizan los miembros del núcleo familiar en su propia casa, con el fin de satisfacer las necesidades de subsistencia básica del mismo y la suyas propia”. ¡Bingo!
Cuenta la historia que ser amo de la casa le corresponde al sexo masculino, pues es “persona que tiene a otras personas bajo su autoridad o dominio”, por supuesto en sociedades machistas, donde predomina el patriarcado (1); aunque existen muchas voces, escritos, donde se lucha a favor de la igualdad de género. Por ejemplo: igual salario, derechos civiles y laborales u otros.
Tuve la dicha de tener óptima educación en el seno familiar, donde mi padre trabajaba durísimo para sostener económicamente todo lo que implicaba un hogar, la educación, la alimentación de nosotros los hermanos(as). Mi madre repartía las labores domésticas y en la mayoría de las decisiones, sin distinción de sexo: todos limpiábamos, lavábamos, planchábamos… mal que bien, pero lo hacíamos.
Ya cuando pasamos a trabajar, aportábamos dinero no solo para el consumo, sino para el mantenimiento de la casa: pintura, reparaciones, etc. Inclusive cuando ya no estamos bajo el mismo techo, la colaboración continúa.
Pero cuando eres el “amo” de casa, con algunas cosas bajo tu tutela, pasas períodos de una relativa “soledad”, por varios factores, como en el caso de tener una vida muy activa (de 12 a 16 horas diarias), puede ser por una jubilación temprana, por lo que, siendo académico y administrativo, pasas a atender “parcialmente” las labores del hogar y lo ex laboral ocupa tal vez un quinto plano.
No por gusto he enmarcado entre comillas “soledad y parcialmente” (2), ahondemos un poco al respecto. Cuando dos personas trabajan, y nadie queda en el hogar, las actividades suelen ser dejadas para el fin de semana. Cuando una persona trabaja y la otra está en la casa, ésta última asume las labores domésticas. Sencillamente ese soy yo.
El reto es hacer, con la misma calidad, orden, organización, según las normas establecidas, varias tareas, como colocar los zapatos en su lugar; la ropa se lava según colores, textura, que posteriormente se cuelga o se distribuye (perchas o gavetas); por suerte no es tan exagerado como lo pinto (¿o sí). Pero en el caso de la alimentación, ya todo está planificado y debidamente orientado, con las combinaciones pertinentes: almuerzo y cena en función de la pirámide alimenticia.
¿Y la atención a las mascotas?; ¿y los pagos por servicios de dotación del agua, la luz, el internet? …
Notas
1) Sistema social en el que los hombres tienen el poder primario y predominan en roles de liderazgo político, autoridad moral, privilegio social y control de la propiedad.
2) Las comillas son usadas para mostrar que el texto se toma palabra por palabra de otra fuente, para llamar la atención sobre una palabra o frase importante, o cuando se usa un término técnico por primera vez.
El autor es Licenciado en Ciencias Pedagógicas.