Existe un triángulo imaginario entre Sao Paulo (Brasil), Santa Cruz (Bolivia) y Bahía Blanca (Argentina), eje estratégico para abastecer de alimentos al mundo, papel clave que Sudamérica tiene en la seguridad alimentaria global.
Este triángulo no es solo un dibujo en el mapa, representa el enorme potencial agrícola, logístico y económico que conecta a estos tres lugares. Sao Paulo, el corazón financiero e industrial de Brasil, es clave para distribuir y comercializar alimentos. Santa Cruz, en Bolivia, es uno de los mayores productores de alimentos del país, destacándose en cultivos como la soya, el maíz y la ganadería. Bahía Blanca, en Argentina es un puerto importante que facilita la exportación de productos agrícolas a todo el mundo. Juntos, estos tres puntos forman un corredor esencial para producir y distribuir alimentos a escala global.
Sudamérica es una de las regiones más ricas en recursos naturales y capacidad agrícola; pero este triángulo no solo nos muestra el potencial que tenemos. También nos recuerda los desafíos que enfrentamos; la falta de infraestructura adecuada, las barreras comerciales y la necesidad de adoptar prácticas más sostenibles, son obstáculos que debemos superar para que esta región pueda cumplir su papel para el abastecimiento mundial de alimentos.
Santa Cruz, en particular, es un ejemplo claro; es un departamento que ha crecido muchísimo en producción agrícola, convirtiéndose en el motor económico del país. Este crecimiento no ha estado libre de problemas, como la deforestación y el impacto ambiental, por lo que la sostenibilidad es clave. Para que este triángulo funcione, es esencial que la producción de alimentos sea responsable, cuidando los ecosistemas y garantizando que las comunidades locales también se beneficien.
Este triángulo es una gran oportunidad para la integración regional, Sao Paulo, Santa Cruz y Bahía Blanca, no solo pueden ser socios comerciales, sino también trabajar juntos en investigación, intercambio de tecnologías e innovación agrícola. La colaboración entre estos tres puntos podría mejorar las cadenas de producción, haciéndolas más eficientes y sostenibles, lo que beneficiaría no solo a los tres países, sino al mundo entero.
El triángulo imaginario entre Sao paulo, Santa Cruz y Bahía Blanca no es solo una idea bonita, es una visión de futuro, donde Sudamérica se convierte en un pilar fundamental para alimentar al mundo. Debiendo estar listos para asumir este desafío y convertirse en líderes globales en seguridad alimentaria. Siendo necesario, para que esto se haga realidad, que el gobierno, empresariado y sociedad civil trabajen juntos con un mismo objetivo. ¡La unión es la fuerza!
El autor es Abogado e Investigador de Altos Estudios Nacionales.