lunes, febrero 3, 2025
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Abejas con códigos QR

Un grupo de científicos ha logrado colocar etiquetas con códigos QR en el lomo de miles de abejas, lo que les ha permitido realizar un seguimiento detallado de sus movimientos y obtener información valiosa sobre la vida cotidiana en las colmenas.

Este interesante experimento se llevó a cabo en dos áreas rurales de Estados Unidos: una en Pensilvania y otra en Nueva York. Para llevarlo a cabo, entomólogos e ingenieros electrónicos colaboraron estrechamente, una cooperación poco común entre estas disciplinas. El equipo incluyó a Diego Penaloza-Aponte, Margarita López-Uribe, Robyn Underwood y Julio Urbina, todos de la Universidad Estatal de Pensilvania.

El principal objetivo de los entomólogos era determinar qué tan lejos viajan las abejas desde sus colmenas para recolectar polen y néctar. Gracias al seguimiento de las abejas equipadas con etiquetas QR, se pudo obtener esta información.

Los investigadores encontraron que la mayoría de los trayectos eran cortos, con una duración de solo unos minutos, aunque algunas abejas realizaron viajes que duraron más de dos horas. Si bien se sabe que las abejas pueden volar distancias considerables (se estima que pueden alcanzar hasta 10 kilómetros desde su colmena), los autores concluyeron que rara vez se alejan tanto, prefiriendo no separarse más de un kilómetro de su hogar.

La distancia que recorren las abejas depende de la disponibilidad de recursos. Si encuentran alimento cerca, no necesitan buscar más lejos; si no lo encuentran, deben aventurarse cada vez más lejos en su búsqueda.

Para obtener una muestra representativa de los desplazamientos de las abejas, el equipo utilizó etiquetas que podían adherirse al lomo de los insectos sin causarles daño ni dificultar su movilidad. En las entradas y salidas de las colmenas, instalaron cámaras con sensores que identificaban a cada abeja etiquetada, registrando sus movimientos con precisión: día, hora, minutos y segundos de cada paso, dirección del movimiento y temperatura. Este sistema operaba las 24 horas del día y contaba con un microordenador. Los investigadores descargaban los datos en sus ordenadores portátiles durante sus visitas semanales a las colmenas.

Las abejas seleccionadas para el estudio eran muy jóvenes al momento de colocarles la etiqueta, lo que permitió seguir su comportamiento durante gran parte de sus vidas. Al ser tan jóvenes, aún no picaban, lo que facilitó la tarea de etiquetarlas.

Una de las primeras conclusiones fue que las abejas viven mucho más tiempo del promedio habitual de cuatro semanas. Se observó que muchas abejas continuaban saliendo al exterior hasta las seis semanas de edad y que no comenzaban a buscar alimento hasta alcanzar aproximadamente dos semanas.

Los investigadores notaron que la mayoría de los trayectos duraban entre uno y cuatro minutos, con propósitos como defecar fuera de la colmena o evaluar el clima antes de salir a buscar alimento. Los viajes más largos normalmente duraban menos de 20 minutos, pero un 34% de las abejas marcadas realizó al menos un viaje de más de dos horas.

Durante algunas semanas, cuando había menos flores disponibles, aumentó el número de abejas realizando salidas prolongadas en busca de alimento, probablemente debido a la necesidad de viajar más lejos para encontrar recursos adecuados.

El estudio titulado “Monitoreo automatizado de entradas para investigar los viajes de forrajeo de las abejas melíferas utilizando plataformas inalámbricas de código abierto y etiquetas fiduciales” ha sido publicado en la revista académica HardwareX. (Fuente: NCYT de Amazings)

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